La lengua de señas mexicana, ¿una lengua en riesgo? Contacto bimodal y documentación sociolingüística

Luis Escobar L.-Dellamary

Resumen


La Lengua de Señas Mexicana (LSM) comparte con las lenguas indígenas de México un espacio marginal. Ser una lengua minoritaria la pone en desventaja en un contexto cultural donde el español determina el valor social de la comunicación.
A diferencia de las lenguas indígenas, la LSM no es una lengua oral. Su contacto con el español no puede provocar un desplazamiento en la comunidad Sorda de México. En cambio, el contacto lengua oral-lengua de señas trae consigo efectos que vulneran la estructura original de la lengua. La velocidad de estos cambios es considerable y su avance no encuentra ninguna resistencia.
En este trabajo, expongo un primer acercamiento a las condiciones sociolingüísticas de la comunidad de Sordos de Culiacán, Sinaloa, y describo las diferencias entre el contacto unimodal –entre dos lenguas orales o de señas– y el bimodal –entre una lengua de señas y una oral. Los resultados de este último son variantes lingüísticas que pueden estar enmascaradas como la lengua estándar. Amenaza la falta de documentación a nuestro conocimiento de lo que es y no es LSM.

Palabras clave


Lengua de Señas Mexicana; lenguas en contacto; pidgin; contacto bimodal; español signado; comunidad de sordos en Culiacán, México

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DOI: https://doi.org/10.22201/enallt.01852647p.2015.62.420

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