El chisme: estrategias discursivas desplegadas en su construcción
Gossip: Discursive strategies deployed in its construction
Fabiola Esmeralda López Rodríguez
Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social,
Doctorado en Ciencias Sociales
Resumen
El chisme, como género discursivo, conlleva una actividad semántica compleja estructurada y motivada por necesidades interpersonales. En esta investigación se analiza, mediante las herramientas del análisis de la conversación casual y de la teoría de la valoración, cuáles son las estrategias discursivas que los participantes despliegan para construir un chisme. La recolección del corpus se hizo en el contexto de una red personal de un ama de casa de clase media de la zona metropolitana de Guadalajara —particularmente sus relaciones vecinales. Los resultados permiten distinguir al menos cuatro componentes básicos que se alternan continuamente: enfoque en la tercera persona, exposición del comportamiento probatorio, emisión de comentarios valorativos y empleo de elementos interactivos. Todas las estrategias analizadas se agrupan en torno a estos componentes y están mediadas por el deseo de cuidar la imagen personal.
Palabras clave: género discursivo; análisis de la conversación casual; teoría de la valoración; red personal; relaciones vecinales de mujeres
Abstract
Gossip, as a discursive genre, involves a complex semantic activity structured and driven by interpersonal needs. This research analyzes, using the tools of casual conversation analysis and appraisal theory, the discursive strategies used by participants to build a gossip. The corpus was gathered within the context of the personal network of a middle-class housewife in the metropolitan area of Guadalajara — particularly as regards her relations in the neighborhood. The results identified at least four basic components that alternate continuously: focus on third persons, exposition of substantiating behavior, expression of qualifying remarks and use of interactive elements. All the strategies analyzed are grouped around these components and seek to safeguard personal image.
Keywords:
Fecha de recepción del artículo: 25 de agosto de 2017
Fecha de recepción de la versión revisada: 16 de febrero de 2018
Fecha de aceptación: 6 de marzo de 2018
La correspondencia relacionada con este artículo debe dirigirse a:
Fabiola Esmeralda López Rodríguez
fabiolaeslopez@gmail.com
1. Introducción
Las interacciones verbales cotidianas implican un proceso complejo de producción, intercambio y negociación de significados; dicho proceso está motivado funcionalmente, interactuamos para lograr una amplia variedad de tareas. El chisme, como género discursivo conversacional, conlleva una actividad semántica compleja estructurada y originada por necesidades interpersonales: quiénes somos, cómo nos relacionamos con los otros y qué pensamos del mundo y de los otros. Como objeto de estudio, el chisme ha sido retomado por la antropología, la sociología, la psicología y, por supuesto, la lingüística; todas estas ciencias lo conciben como una forma de manifestar cómo entendemos nuestra vida en sociedad.
Entiendo al chisme como un género discursivo de la conversación casual altamente interactivo en el que los interlocutores se refieren y valoran a una tercera persona: sus actividades, su forma de ser, su relación con alguno(s) de los participantes de la interacción o algún episodio particular de su vida privada. El objetivo de este trabajo es identificar y analizar, mediante un análisis discursivo detallado, algunas de las estrategias discursivas utilizadas por las participantes en la construcción de chismes que han sido recopilados en un contexto muy particular.
La hipótesis general puede expresarse de la siguiente manera: el chisme se construye mediante el uso de múltiples estrategias discursivas, gracias a las cuales los participantes despliegan y negocian sus posicionamientos discursivos durante la interacción. La recolección del corpus se realizó en el contexto de una red personal de un ama de casa de 50 años, específicamente se consideraron conversaciones que sostuvo con algunas de sus vecinas. La informante principal pertenece a la clase media-baja y vive en una colonia de interés popular en la Zona Metropolitana de Guadalajara, Jalisco, México. El corpus se obtuvo de grabaciones de sonido que la informante aceptó hacer. Tras la revisión del material, se seleccionaron diez chismes, cada uno de los cuales en realidad constituye un fragmento de alguna conversación más amplia. El criterio que se utilizó para identificar el inicio y el fin de un chisme fue el enfoque en la tercera persona. Cuando los participantes dejaban de hablar de alguien y desviaban su atención y sus comentarios hacia algo más, se daba por concluido el chisme.
2. Marco teórico
Diversas ciencias sociales y humanas entienden al chisme como un reflejo de los modos en que concebimos la realidad y nuestra vida en sociedad, entre ellas la antropología (Gluckman, 1963, 1968; Paine, 1967, 1970; Cox, 1970; Handelman, 1973; Wilson, 1974; Haviland, 1977; Fine, 1985; Vázquez García & Chávez Arellano, 2008, De León Torres, 2010; entre otros), la sociología (Levin & Arluke, 1987; Goffman, 1991; Bergmann, 1993; Goodman & Ben-Ze’ev, 1994; Bergmann & Luckmann, 1995; Pietrosemoli, 2009) y la psicología (Dunbar, 1996; Baumeister, Zhang & Vohs, 2004; Rosnow & Foster, 2005).1 En suma, a todas las propuestas subyace la idea de que el chisme propicia formas particulares de socializar y al mismo tiempo es producto de ellas.
Desde la lingüística, autores como Eder y Enke (1991), Hall (1993a, 1993b) y Ahmed (2010 analizan la estructura del chisme, pero difieren en el propósito final. Eder y Enke (1991) se centran en el orden de los actos porque influye en la evolución de un chisme en la conversación. Por su parte, Hall (1993a, 1993b) busca explicar cuáles son los recursos que emplean los participantes para construir, mantener y modificar sus identidades al interior de un grupo a partir de esta práctica oral cotidiana, importante y frecuente en diversos grupos culturales. Ahmed (2010) analiza a profundidad una conversación entre dos mujeres y, después de identificar y explicar los elementos lingüísticos utilizados, concluye que en la construcción del chisme están fuertemente implicadas las relaciones de poder que existen entre los participantes. Un trabajo que destaco es el de Eggins y Slade (1997), quienes ven al chisme como uno de los géneros más comunes y socialmente significativos de la conversación casual en inglés; en él la gente clasifica al mundo en términos de lo que debería o no hacerse. De estas autoras retomo no solo un marco de referencia sino también algunas herramientas analíticas.
En general se acepta que gran parte de nuestras interacciones las dedicamos al chisme y que este es una conversación casual del tipo evaluativo —entre personas que tienen familiaridad entre sí—, sobre asuntos concernientes a terceras personas ausentes (comportamientos, características o acciones) o a terceras personas presentes, pero cuyo aspecto a valorar aparece como temporalmente inactivo.
La propuesta de análisis de la conversación casual de Eggins y Slade (1997) es la que da sustento a la descripción del chisme y que, a su vez, parte de los principios básicos e iniciales de la teoría de la valoración para encontrar las formas gramaticales, semánticas y discursivas mediante las que se realiza el chisme. Una conversación casual (Eggins & Slade, 1997) es una manifestación lingüística en donde se negocia la construcción de la realidad social y tiene como objetivos afirmar y reconfirmar, establecer y mantener relaciones. Desde esta perspectiva, las autoras se preguntan: ¿cómo se estructura la lengua para permitirnos hacer conversaciones? Primero, dividen en dos tipos las secuencias conversacionales: las secuencias chat (extremadamente interactivas, en las que se despliega una rápida alternancia de turnos) y las secuencias chunk (bloques con una estructura interna predecible que puede ser descrita y analizada de acuerdo con el género conversacional al que pertenecen).
Para Eggins y Slade (1997), el chisme constituye un tipo de secuencia chunk en el que se distinguen al menos tres etapas obligatorias, es decir, aquellas que lo definen como género conversacional y que le son exclusivas: el enfoque en la tercera persona (third person focus) o identificación de los caracteres, la exposición del comportamiento probatorio (substantiating behavior) y la evaluación peyorativa (pejorative evaluation).
Los planteamientos de Eggins y Slade (1997) encuentran en la teoría de la valoración (Martin, 2000; White, 2001, 2011; Kaplan, 2004, 2007; Martin & White, 2005; entre otros) el entramado teórico que los sustenta. Los analistas del discurso enmarcados en esta corriente buscan describir los sistemas de opciones semánticas que ofrece la lengua para evaluar, adoptar posiciones, construir sujetos textuales o identidades discursivas, asumir roles, negociar relaciones y promover como naturales las posiciones intersubjetivas que son, en última instancia, ideológicas (Kaplan, 2007). En particular, este enfoque se centra en la expresión lingüística de la actitud y el compromiso asumido por el emisor frente a sus enunciados. Del mismo modo indaga sobre las estrategias mediante las cuales el emisor se alía o se distancia de los receptores. En otras palabras, esta perspectiva del análisis del discurso explora, describe y explica cómo es utilizado el lenguaje para gestionar posicionamientos y relaciones interpersonales (White, 2011).
Dentro del marco de la teoría de la valoración, los recursos evaluativos pueden dividirse en tres grandes subsistemas de valoración (o dominios semánticos): Actitud, Compromiso y Gradación, cada uno de los cuales acude a distintos recursos (Cuadro 1).
Cuadro 1. Dominios semánticos reconocidos por la teoría de la valoración |
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dominio semántico |
recursos |
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* Se relaciona con lo que en la bibliografía se ha tratado como evidencialidad y modalidad epistémica (Chafe & Nichols, 1986; Palmer, 2001), mitigación, intensificación, la postura epistémica y el lenguaje impreciso. |
Cabe mencionar que todas las diferencias en los subsistemas de valoración corresponden al esquema de valores propios de la cultura occidental (Kaplan, 2004).
3. Corpus y metodología
Esta investigación se vio motivada por el deseo de estudiar el chisme en su forma primaria, por ello decidí recabar y analizar chismes que fueran producto de interacciones orales cara a cara. A partir de ahí, la búsqueda y recolección del corpus fue una de las tareas más extenuantes. Intenté recolectar el corpus en múltiples contextos y bajo condiciones muy diferentes. Dado que el corpus debía obtenerse por, al menos, audio-grabación, los diálogos reconstruidos no eran la mejor herramienta. El primer gran problema consistió en encontrar personas dispuestas a grabar sus conversaciones. Quise evitar ser parte de los informantes debido a que en las pruebas piloto se evidenció que yo buscaba, inconscientemente, llevar la conversación hacia el chisme. Finalmente contacté con la conocida de un familiar (que en este documento aparece siempre como Ana o, simplemente, A), quien se mostró interesada en el proyecto y accedió a portar una grabadora. Ella, por su parte, informó a su familia, a sus vecinos y a sus amigos (con quienes conversaba comúnmente) que iba a colaborar en una investigación sobre la forma en que se hablaba en Guadalajara mediante la grabación de conversaciones. La informante central es un ama de casa de 50 años de edad, de clase media-baja que vive, junto con su familia (esposo e hijo), en un sobrepoblado complejo habitacional de departamentos en una de las colonias de la Zona Metropolitana de Guadalajara. Aunque la mayor parte del día A realiza tareas en el hogar, mantiene relación constante con sus vecinas (algunas de las cuales también son amas de casa), ya sea porque participa en diversas actividades que las involucran (apoyo al templo, compras en las tiendas cercanas), porque coincide con ellas en áreas comunes o porque comparten momentos de ocio. Todo lo anterior favorece y acrecienta sus posibilidades de relacionarse interpersonalmente.2
Acepto que mi manera de recolectar el corpus involucra múltiples desventajas. En primera instancia, se trata más bien de un estudio de caso, ya que hay una informante central que participa en todos los chismes. Por ello, los resultados son claramente parciales (marcados por la personalidad de la informante, quien pudo haber modificado sus formas de interactuar al ser consciente de la grabadora y quien, además, seleccionó qué grabar y qué entregar). En segundo lugar, dado que no observé las interacciones, hay una evidente pérdida de valiosa información extralingüística. Intenté sortear esta desventaja con entrevistas directas con la informante central para resolver dudas respecto a: la relación con tal o cual hablante, los lugares y los momentos en que tuvieron lugar las interacciones y otros aspectos contextuales.
En total se obtuvieron 26 grabaciones, que suman 18:58:09 horas. Se hizo una selección de estas horas y finalmente se conformó un corpus de diez chismes obtenidos en grabaciones de conversaciones cotidianas que tuvieron lugar entre noviembre y diciembre del año 2012. El Anexo A incluye un cuadro que detalla el título del chisme (se lo he dado yo y corresponde con la tercera persona aludida), los nombres e iniciales de las participantes, el contexto en el que aconteció el chisme y la temática general.
El formato en la presentación de los ejemplos en la parte analítica es el siguiente: en primer lugar, entre paréntesis aparece el número de ejemplo y el título del chisme. En las siguientes filas se presenta el fragmento de la conversación, alineados a la izquierda aparece el turno de habla y, con letra mayúscula, la inicial del hablante seguida de dos puntos y su participación. Al interior de las participaciones, en negritas, aparece el foco del análisis de ese fragmento en específico (véase Figura 1).
El sistema de transcripción utilizado es, con algunas modificaciones, el propuesto por el grupo Val.Es.Co. (Briz, 2003) (véase Anexo B), interesado en el análisis y descripción de la lengua coloquial, en especial del español. Se trata de un sistema que combina el método ortográfico con la propuesta del análisis de la conversación (ac) adaptado a las características de la lengua española. Como se especializa en fenómenos conversacionales, se enfoca en cuestiones relacionadas con la alternancia de turnos, la sucesión inmediata de emisiones, solapamientos, reinicios y autointerrupciones, rupturas conversacionales, pausas y silencios, entonación, fenómenos de énfasis, problemas relacionados con emisiones dudosas o indescifrables, alargamientos fonéticos, preguntas retóricas, estilo directo, referencias contextuales, entre otros (Briz, 2003).
4. Presentación y análisis de resultados: la construcción discursiva del chisme
Todas las pautas de análisis permiten descubrir y explicar qué hacemos cuando chismeamos, qué es lo que nos permite chismear de forma eficaz y qué estrategias desplegamos los hablantes para hacer posible el chisme. Cabe mencionar que, en el contexto en que esta investigación se realizó y a partir del análisis de los datos, se obtuvo que la evaluación no es siempre peyorativa, a diferencia de como indican Eggins y Slade (1997), y, en caso de que lo sea, se ve permeada por múltiples elementos mitigatorios no presentes en los chismes analizados por las autoras.
Por otro lado, en el análisis se encontró que los factores interactivos —no considerados por Eggins y Slade— constituyen un cuarto elemento esencial de todos los chismes, junto con el enfoque en la tercera persona, la exposición del comportamiento probatorio y el comentario de valoración. Sin embargo, en este documento en particular consideraré solo los elementos básicos de un chisme postulados por las autoras, debido a que los factores interactivos ofrecen múltiples posibilidades de análisis y brindan suficiente material para ser abordados de manera independiente.
4.1. Enfoque en la tercera persona (3ª p)
El enfoque en la tercera persona (en adelante 3ª p) es uno de los factores centrales que hacen que una conversación sea del tipo chisme. Por lo general se trata de una tercera persona que no participa en la interacción o de aspectos temporalmente inactivos de personas presentes. En los chismes analizados, esta tercera persona siempre estuvo ausente, en el sentido de que no formaba parte de los interactuantes. Las estrategias para introducir e identificar a la tercera persona están relacionadas con la siguiente distinción: cuando todas las participantes conocen a la tercera persona o cuando solo alguna(s) la conocen. Esta disparidad influye en cómo se logra el enfoque, la identificación, la descripción y la concepción de la 3ª p. Enseguida se exponen las estrategias que tuvieron mayor presencia en el corpus, acompañadas de un ejemplo, así como de su implicación en el proceso de posicionamiento de las hablantes.
4.1.1. Estrategias discursivas presentadas cuando todas las participantes conocen a la 3ª persona
En caso de que todas las participantes conozcan a la 3ª p es común que haya una coincidencia en cómo la conciben. Dicha coincidencia es la que permite que el chisme surja y se desarrolle, se construya, se ajuste y se modifique en el transcurso de la interacción. Las estrategias usadas a este respecto implican un involucramiento en distintos grados y de diversos tipos por parte de las hablantes y, por lo tanto, de diferentes modos de posicionamiento. Algunas de las estrategias son de exploración y son utilizadas cuando las hablantes no saben a ciencia cierta cómo será recibida la información por parte de la otra persona. Entre éstas se tienen:
a) Valoración peyorativa explícita. Este tipo de enfoque en la 3ª p sucede solo en los casos en los que se sabe de antemano que todas las participantes tienen una concepción idéntica acerca de la persona de la que se habla. Se trata de una de las formas de valoración más parecidas a la propuesta por Eggins y Slade (1997).
ejemplo 1 |
Ambas participantes están involucradas en la valoración mostrada en (1). La explicitud por parte de Jimena (J) es recibida colaborativamente por Ana (A), quien la sustenta y responde con elementos paralingüísticos para dar mayor expresión a sus emisiones.
b) Valoración explícita con mitigación. Esta estrategia permite una entrada directa al chisme pero de modo mitigado (en este caso con un eufemismo). En el corpus ha resultado significativo encontrar múltiples estrategias de mitigación en el ámbito valorativo:
ejemplo 2 |
En el ejemplo (2), el eufemismo consiste en no explicitar (turno 40) que el marido de Regina (R) es infiel, tal como se revela con el uso del deíctico “ésa” en el turno 44. Al eufemismo se le suma la afectación emocional que posiciona a las hablantes como personas en busca de reafirmación, que esperan que el otro respalde sus emisiones. Sin embargo, no siempre reciben una respuesta colaborativa por parte del interlocutor. Tal es el caso de este ejemplo, en el cual A y sus retroalimentaciones cortas y en tono descendente no participan del modo en que R demanda.
c) Valoración evocada. Las valoraciones de este tipo permiten una entrada indirecta al chisme. Se puede realizar mediante elementos lingüísticos, pero también elementos paralingüísticos:
ejemplo 3 |
En el ejemplo (3), la 3ª p es introducida en lo que parece, de principio, una anécdota. La emisión del juicio, una de las partes fundamentales del chisme, aunque sea evocado, permite percatarse de que se está frente a un chisme. La entonación, el alargamiento vocálico y la referencia indirecta a la 3ª p son los elementos que insinúan un juicio.
4.1.2. Estrategias discursivas empleadas cuando no todas las participantes conocen a la 3ª persona
En algunos casos del corpus se hace evidente que no todas las participantes conocen a la 3ª p. Bajo este escenario se hace forzoso que quien sí la conoce haga lo posible por configurar para su interlocutora una imagen clara. Este tipo de estrategias tiende a contraer el espacio dialógico porque en cierta forma una o varias de las participantes, pero no todas, se proclama como conocedora que transmite el chisme, a menos que atribuya el conocimiento a fuentes externas. En el corpus no solo la introducción o el enfoque en la 3ª p sino también la identificación de esta desempeñan un papel primordial. Se parte del supuesto de que en todos los chismes el receptor termina por enterarse de alguna característica de la 3ª p a quien, como en los ejemplos siguientes, desconoce.
a) Entonación ascendente. Se refiere a una entonación que tiende usarse para formular preguntas, pero que en esta ocasión más bien se emplea para involucrar al interlocutor con la finalidad de que siga el chisme. Demuestra que quien tiene el conocimiento necesita la atención del otro. Esta entonación implica una búsqueda constante de aprobación, como se aprecia en (4).
ejemplo 4 |
En el ejemplo (4) los elementos interactivos son fundamentales. La emisora involucra a Ana (A), quien responde con retroalimentación y afectación emocional. Los posicionamientos dependerán del modo en que la receptora se involucre en el chisme. Verónica (V) brinda datos específicos y A se posiciona como colaboradora, aunque en este momento en un nivel más bien bajo.
b) Alargamiento vocálico. Del mismo modo que en el ejemplo anterior, las estrategias interactivas contribuyen a atraer la atención de quien escucha y, por lo tanto, ratificarse como poseedora del chisme. Pero, para poder contar un chisme, todas las participantes deben formarse una noción acerca de la persona de quien se está hablando, como en (5).
ejemplo 5 |
Las tres participantes están altamente involucradas en el chisme referido en (5), una porque lo cuenta (turno 22), otra porque pregunta (turno 23) y una más porque completa la información (25). Verónica (V) es la que proporciona la mayor cantidad de información, aunque es Carolina (C) la que hace el alargamiento vocálico. Este elemento paralingüístico suma a la información que se proporciona y posiciona a quien lo emite como poseedora de la información. Aunque en este caso es una conocedora efímera, porque durante el resto del chisme V se posiciona ante su interlocutora como dominante de la información y, por lo tanto, de la conversación.
c) Refiriéndose a otras personas. Cuando no todas las participantes conocen a la 3a p, quien cuenta el chisme puede referirse a otros actores a quienes sí identifiquen sus interlocutoras.
ejemplo 6 |
En algunos de los chismes del corpus lo más importante no tiene que ver con comportamientos, como sucede en (6). El acontecimiento como tal (en el ejemplo: la muerte) es dejado de lado y se destina la mayor parte del chisme a identificar a la 3ª p, de ese modo, el chisme gira en torno a definirlo. Dado que es Bety (B) quien identifica a la 3ª p, ella se posiciona como la persona conocedora, por tal motivo, no solo brinda una descripción sino además amplía la información. En todo el chisme B alude a variados aspectos para lograr que Ana (A) reconozca a la 3ª p: oficio, forma de morir, vestimenta, actividades cotidianas, características físicas, posesiones, parentescos, actividades y comportamiento de sus parientes, lugar donde viven él o sus parientes.
El uso de apodos, por ejemplo, indica que A conoce a las personas relacionadas con la 3ª p. Dichos apodos no proporcionan información nueva sino que están destinados a acercar a A, desde lo que conoce a lo que desconoce. Hacia el final, A se alcanza a dar una idea de a quién se refieren, pero no lo reconoce de forma total.
Para cerrar la sección, es posible percatarse de que el chisme se da incluso cuando no todos los participantes conocen a la 3ª p, no obstante, parte importante del chisme sí recae en dicho reconocimiento, de ahí que, en casos como el del ejemplo (6), se dedique la mayor parte o todo el chisme a su identificación. Puede ser suficiente si uno de ellos la conoce, siempre y cuando los demás participantes se posicionen como suficientemente cooperativos frente al emisor.
4.2. Exposición del comportamiento probatorio
Para exponer el comportamiento probatorio las hablantes recurren a estrategias que pueden dividirse en dos grandes grupos: las que involucran un alto nivel de compromiso y las que evidencian un nivel de compromiso bajo. Ambas formas de relacionarse involucran un tipo de valoración y afectan el posicionamiento que asume la hablante frente a sus propias emisiones, frente al interlocutor y ante ella misma. En este bloque me centro en las estrategias utilizadas para hablar de aquello que ha hecho la 3ª p.
4.2.1. Estrategias discursivas con alto nivel de compromiso
El alto nivel de compromiso se relaciona con la contracción del espacio dialógico. Implica un riesgo para las interlocutoras contrariar a la persona que se coloca en esta posición. En el corpus existen múltiples estrategias para exponer el comportamiento probatorio desde un compromiso asumido. A continuación se presentan las más recurrentes.
a) Pronunciamiento con el uso de la primera persona. En estos casos quien cuenta el chisme se encuentra muy involucrada con sus afirmaciones. En este tipo de estrategias resulta muy difícil para la receptora oponerse a las afirmaciones de quien narra, como se aprecia en (7).
ejemplo 7 |
Como se puede observar en (7), el uso de la primera persona es uno de los modos más directos de posicionarse desde el pronunciamiento explícito y difícil de refutar. En algunas ocasiones, a estas expresiones se les pueden agregar adverbios o frases adverbiales de gradación ascendente (como completamente, absolutamente, en definitiva, entre muchas otras), con los cuales el énfasis aumenta, así como la expresividad y el compromiso.
b) Refutación a modo de negación. El uso de la partícula no implica un nivel de compromiso más elevado que el anterior puesto que quien refuta se concibe con la autoridad suficiente para negar lo que alguien más afirma, como se muestra en (8).
ejemplo 8 |
En el ejemplo (8), mientras Bety (B) se posiciona como conocedora a tal grado de negar lo que Mary (M) dice, M intenta validarse usando la primera persona y apelando al sentido de la vista. Con todo es B quien impone su percepción asumiéndose como la poseedora de la información, siendo ratificada como tal por M.
c) Interrupción de las participaciones de algún hablante. Esta interrupción casi siempre implica la ampliación de la información incluso cuando no ha sido solicitada. Lejos de ser una simple estrategia interactiva, la interrupción tiene un significado en la conversación; de alguna manera representa la falta de interés por escuchar al otro. En todo caso, quien interrumpe se posiciona en un estatus superior respecto a quien es interrumpido, estatus que la persona se otorga a sí misma por el simple hecho de conocer los detalles del chisme o por querer hacer creer a los demás que los conoce, como se muestra en (9).
ejemplo 9 |
En muchos de los casos la participante que interrumpe se posiciona desde la falta de interés por la emisión del otro a tal grado que la ignora. A veces la interrupción se da de la mano de la refutación, como en el ejemplo (8) donde B desacredita a M. En otros, como en este último ejemplo (9), la interrupción se da porque los otros participantes han abandonado el tópico central y quien interrumpe busca regresar a él.
4.2.2. Estrategias discursivas con bajo nivel de compromiso
El bajo nivel de compromiso se ve reflejado en una variedad de estrategias en las cuales el hablante no asume toda la responsabilidad respecto a sus emisiones. La razón más común es que no quiere poner en riesgo su relación con el interlocutor. En los casos que se exponen a continuación hay un esmerado cuidado de la imagen personal ante el otro. Muchas de estas estrategias se reflejan a partir del discurso atribuido a un actor ajeno a la interacción.
a) Refutación mitigada con el uso de verbos de reporte sin atribución. La refutación consiste en negar, contradecir o cuestionar lo que alguien ha dicho. Existen modos explícitos y con riesgo en la imagen personal ante los otros, pero también existen formas menos directas. En el ejemplo (10), se logra a partir de una atribución a alguien no identificado, a un plural impersonal.
ejemplo 10 |
Mary (M) refuta las afirmaciones de Bety (B) pero manteniendo una imagen positiva al atribuir la información a una fuente externa múltiple no identificada. La mitigación funciona como un medio de expresión que protege a quien la emite de ser rechazada por el resto de las participantes de la conversación, aunque es posible que resulte riesgosa cuando en un chisme la mayoría de las participantes se posicionan rechazando y criticando explícitamente a la 3ª p, tal vez en casos así quien mitigue sería excluida del chisme.
b) Extravocalización atribuida. Se expresa mediante el discurso citado y el uso de verbos de reporte. El mensaje se atribuye a alguien en particular, a una persona o a algunas personas externas a la conversación. La atribución implica un distanciamiento respecto a la información ofrecida. Se puede optar por la “fidelidad” del discurso citado que intenta reproducir lo dicho por alguien más, como se aprecia en (11).
ejemplo 11 |
En el ejemplo (11), la fidelidad es cuestionable porque el mensaje está permeado por las impresiones e intenciones del hablante. En muchas ocasiones el discurso directo se acompaña de elementos paralingüísticos como la imitación de la voz y la intención del hablante a quien se imita, aspectos que pueden desempeñar de por sí valoraciones.
Existen otros ejemplos en los que no se opta por la “fidelidad” del discurso citado, sino por el uso de los verbos de reporte.
ejemplo 12 |
En el ejemplo (12), el verbo de reporte y la plena identificación del sujeto con el nombre propio dan cuenta de una atribución del discurso a alguien externo a la conversación que ha sido identificado. La hablante se avala anteponiendo el nombre de alguien, lo que la posiciona ante su propia emisión como poco comprometida.
c) Extravocalización no atribuida. Muchas veces se logra con un verbo de reporte seguido de la partícula que. Es una estrategia que permite entrar a una fuente de información externa sin que se explicite cuál, como se observa en (13).
ejemplo 13 |
En el ejemplo (13), la hablante, con el uso de la tercera persona plural no identifica a la fuente de información, y se desliga de las afirmaciones, eximiéndose de todo compromiso. La hablante incrusta sus afirmaciones en una colectividad anónima para demostrar conocimiento, para avalarse sin comprometerse. De este modo, se posiciona como quien posee la información pero salvaguarda su imagen ante la interlocutora porque no se impone sino que mitigadamente atribuye el chisme a otros.
4.3. Comentarios valorativos
Por comentarios valorativos me refiero a todo el sistema propuesto por la teoría de la valoración relacionado con el dominio de la actitud, es decir, estrategias que involucran afecto, apreciación y juicio. A continuación se exponen algunas de las estrategias localizadas como herramientas de valoración. Al inicio, expongo las estrategias de valoración explícita directa dado que son las que más se apegan al modelo de Eggins y Slade (1997). Después abordo las estrategias no consideradas por las autoras pero que resultaron altamente significativas en mi propia investigación: estrategias de valoración explícita con mitigación y estrategias de valoración evocada.
4.3.1. Estrategias de valoración explícita directa
En estos casos la valoración, además de realizarse con léxico explícito, se hace sin ningún tipo de elementos mitigatorios.
a) Con tintes de afecto. Se utiliza para involucrarse emocionalmente con aquello que se está valorando. Esta estrategia implica un alto grado de compromiso, como se aprecia en (14).
ejemplo 14 |
Verónica (V) se solidariza con la 3ª p a tal grado que siente empatía por ella. Este tipo de solidaridad no es común en el chisme porque, por lo general los participantes, con sus valoraciones hacia la 3ª p, tienden a distanciarse de ella. Así, V, al inclinarse a favorecer las acciones de la 3ª p, asume una posición que la mimetiza. El posicionamiento de solidaridad se da la mayor parte de las ocasiones de hablante a hablante y no de hablante a 3ª p. Casos como estos permiten afirmar que en los chismes analizados las expresiones valorativas no siempre son peyorativas. Enseguida se verá que, si llegan a presentarse, irán acompañadas de estrategias de mitigación.
b) Gradación ascendente en el vocabulario explícito. Los adjetivos son las palabras que más abiertamente expresan opiniones y valoraciones. En casos como los del ejemplo (15) la gradación ascendente contribuye a intensificar la expresión y a causar en el receptor mayor impacto.
ejemplo 15 |
El adjetivo gradado funciona para el hablante como un modo de buscar aceptación y sustento. En el ejemplo, la emisora del chisme encuentra a una receptora (A) atenta y colaboradora que incita a Nancy (N) a continuar gradando hacia arriba sus valoraciones.
c) Apreciaciones hacia cosas, procesos y características de las personas. Consiste en la descripción sin apelar a comportamientos; muchas están encaminadas a disfrazar juicios. A partir de apreciaciones positivas o negativas respecto a las características físicas de una persona o de una cosa se extiende una valoración hacia la persona de quien se esté hablando o a la que se le atribuya determinado objeto. El uso asumido de adjetivos respecto al aspecto físico de las personas los coloca al mismo nivel del comportamiento, como se observa en (16).
ejemplo 16 |
En un chisme como el presentado en (16) lo más importante es compartir impresiones sobre la 3ª p. Debido a que dichas impresiones son negativas, las interactuantes deben manifestar un alto grado de involucramiento para demostrar que comparten el punto de vista. Jimena (J) se posiciona a sí misma como poseedora de la autoridad física y moral para hablar de tal modo de la 3ª p, mientras que A adopta una postura más neutral desligándose de la única apreciación negativa que hace (turno 74). Con todo, usa formas de respaldo desde la retroalimentación.
Estas estrategias tienden a utilizarse solo cuando todas las participantes comparten una misma opinión acerca de la 3ª p y hay la suficiente confianza para valorar de modo tan explícito. Los ejemplos anteriores permiten aseverar que existen múltiples estrategias para expresar juicios que van mucho más allá de hablar de un comportamiento probatorio. Muchas veces los juicios se disfrazan con apreciaciones sobre objetos o personas. Este disfraz puede responder a la necesidad de cuidar la imagen personal frente al otro, de buscar respaldo o de llevar al chisme por terrenos que no pongan en riesgo la relación entre los interactuantes. En los chismes registrados en el corpus, a diferencia de lo expuesto por el estudio de Eggins y Slade, es raro encontrar juicios explícitos peyorativos.
4.3.2. Estrategias de valoración explícita con mitigación
En el corpus se encontraron chismes con otras estrategias de valoración explícita pero con cierto grado de mitigación. Dicha mitigación desempeña un papel significativo en las relaciones interpersonales de los participantes. Expondré a continuación el modo en que la mitigación funciona como elemento de exploración y de negociación.
a) Hablar de la 3ª p como perteneciente a un grupo. Se habla de la 3ª p en plural para emitir un juicio hacia un ellos y no hacia un él. Se logra una mitigación en el sentido de que no hay una valoración abierta hacia la persona de la que hablan, sino que el juicio es dirigido hacia una agrupación, atenuándose, como se observa en (17).
ejemplo 17 |
En el ejemplo (17) la hablante B disfraza a la 3ª p, la incluye dentro de un conjunto indefinido, ellos, al cual pertenece. Al juzgar al grupo, emite un juicio indirecto sobre la 3ª p.
b) Uso del impersonal. En este caso quien se pierde en el anonimato es el hablante, quien valora sin colocarse como emisor directo. Este uso brinda la facilidad y el poco peligro de no asumir la responsabilidad de lo que se dice, evitando conflictos interpersonales tanto con la interlocutora como con la 3ª p, como se muestra en (18).
ejemplo 18 |
A lo largo de (18), Gabriela (G) se posiciona como quien mayormente emite valoraciones respecto a la 3ª p, sin embargo sus juicios están permeados por algún tipo de estrategia que la deslinda de consecuencias interpersonales negativas. Gran parte de estas estrategias derivan del hecho de que Ana (A) se ha posicionado como una interactuante que no valora a la 3ª p, pero que a su vez muestra empatía a G.
c) Uso de diminutivos. Los diminutivos, utilizados en contextos en los cuales se puede prescindir de ellos, se relacionan con las estrategias de cortesía en general. En el chisme, el uso de diminutivos es constante, como en (19).
ejemplo 19 |
El chisme “Tomasita” es uno de los que mayor cantidad de diminutivos utiliza. Desde el nombre mismo atribuido a la 3ª p se observa la importancia que esta estrategia desempeña en la conversación. Además, también es uno de los chismes en los cuales A valora con explicitud a la 3ª p. Pero, como se observa, lo hace a través de estrategias que van de la mano de mitigadores (como los diminutivos en este ejemplo) o de valoraciones evocadas, como en el ejemplo (3).
La mitigación ha resultado ser una de las formas recurrentes usadas en los chismes, sobre todo en lo que se refiere a la emisión de valoraciones. Se ha visto que las valoraciones peyorativas explícitas por lo general toman la forma de afectos o apreciaciones, pero terminan siendo juicios disfrazados (mitigados). Lo mismo sucede con los juicios abiertos, porque por lo general van mitigados.
4.3.3. Estrategias discursivas de valoración evocada
Este tipo de valoración se realiza bajo la forma de expresiones de afecto (emociones involucradas) y de apreciación (hablar de un objeto), aunque muchas veces involucra un juicio.
a) Emociones: afectación personal. A partir de las emociones de quien habla puede expresarse una valoración, en particular un juicio hacia la 3ª p, ya que, debido a sus acciones, quien habla ha sufrido consecuencias, como se presenta en (20).
ejemplo 20 |
Los tintes de afecto también pueden ser expresados con elementos paralingüísti- cos como tono de voz o risas, como en (21).
ejemplo 21 |
Las formas de manifestar afecto evocado han resultado ser muy variadas dentro del corpus y configuran, junto con las apreciaciones y los juicios implícitos, todo un sistema de la valoración no expresada con vocabulario explícito.
b) Distanciamiento. En el fragmento que sigue, (22), se ejemplifican dos formas de distanciarse que tuvieron presencia significativa en el corpus: pronunciamiento y extravocalización atribuida.
ejemplo 22 |
En los turnos 34 y 35 hay un claro pronunciamiento por parte de las hablantes que las lleva a desligarse de las valoraciones negativas respecto a la 3ª p. Ambas buscan conservar intacta su imagen frente a la otra. Las valoraciones evocadas se construyen desde el distanciamiento (extravocalización atribuida). Este modo de expresarse involucra cierto tipo de evaluación que no es asumida por quienes hablan.
5. Conclusiones
La investigación cuyos resultados han sido expuestos aquí me ha permitido mostrar uno de los tantos modos en que puede ser analizado el chisme. En particular he recurrido a dos propuestas de análisis del discurso: el análisis de la conversación casual y la teoría de la valoración. El deseo de hacer este estudio nació de las observaciones realizadas en las interacciones orales. A pesar de que el fenómeno se presentó, en un principio, cotidiano y falto de trascendencia, poco a poco y partir de un análisis detallado, fue develando su complejidad discursiva.
El chisme es un género de la conversación casual —con parámetros de construcción específicos— configurado por los participantes durante la interacción mediante el uso de múltiples estrategias discursivas, gracias a las cuales se van negociando posicionamientos discursivos. Estas estrategias guían el desarrollo de la interacción, la forma como se da la inserción del chisme en alguna parte de la conversación, el contexto que propicia el cierre y cómo los participantes se posicionan, negocian su participación, en suma, el proceso de construcción del género chisme.
Es importante recordar que esta investigación se realizó en un contexto muy específico, pues solo se consideraron las conversaciones de la informante central con sus vecinas. Vale recordar que la informante es una mujer de 50 años de edad, ama de casa y de clase media-baja que vive en un complejo habitacional (de departamentos) densamente poblado. Dadas las características de esta informante (edad, ocupación, clase social, lugar de residencia), así como las actividades que realiza (labores en el hogar, apoyo al templo de la colonia, compras en negocios próximos a su casa, visita a algunas personas del mismo conjunto habitacional), resultaron significativas sus relaciones vecinales con otra mujeres, por lo que en esta investigación se optó por elegir diez chismes donde participara A y alguna(s) de ellas. Por ese motivo, los resultados aquí expuestos son necesariamente parciales.
Los resultados me permiten distinguir en un chisme al menos cuatro componentes básicos que se alternan, se incorporan y se determinan mutuamente: el enfoque en la tercera persona, la exposición del comportamiento probatorio, la emisión de comentarios valorativos y la puesta en juego de elementos interactivos. En este trabajo en particular he dejado de lado el último de los componentes, debido a la multiplicidad de formas que asume y a que en sí mismo constituye un objeto de análisis que podría ser tratado en un estudio independiente.
Atendiendo al enfoque en la 3ª p, cuando todas las participantes del chisme la conocen es común que coincidan en cómo la valoran, tal coincidencia es la que permite que se dé el chisme. Cuando no todas las participantes conocen a la 3ª p, la identificación de esta desempeña un papel muy importante en las interacciones, de tal modo que gran parte del chisme puede estar destinada a la descripción de esa 3ª p.
En relación con la exposición del comportamiento probatorio, en la mayor parte de los chismes se privilegió el uso de estrategias con un bajo nivel de compromiso por parte de las hablantes. Con esto, asumen un grado menor de responsabilidad ante la información proporcionada y, por lo tanto, protegen su imagen frente a las interlocutoras.
En el contexto en que esta investigación se realizó, el elemento valorativo está permeado por múltiples estrategias de mitigación. Todas estas estrategias tuvieron presencia importante en las interacciones y variaron según factores como la situación y la relación de las interactuantes entre ellas mismas y con la 3ª p. Las estrategias mitigatorias pueden ser interpretadas como de cuidado de la imagen personal y no se manifiestan siempre de modo explícito, muchas veces se infieren por el cotexto. Algunas de las formas mitigadoras utilizadas más recurrentes fueron: eufemismos, modalización, diminutivos, elementos prosódicos.
El factor mitigatorio conduce a cierta estructuración del chisme pero, sobre todo, a configurar los posicionamientos asumidos por las hablantes. En cada participación las hablantes calculan y conjeturan cómo serán recibidas y evaluadas sus emisiones por parte de la interlocutora, dependiendo de las relaciones interpersonales previas así como de la forma en que se esté desarrollando la conversación. El análisis me permite concluir que, en el contexto estudiado, los chismes son posibles en la medida en que se despliegan estrategias discursivas que están bajo el cuidado constante de la mitigación y que se corroboran o se modifican constantemente gracias al uso de las estrategias interactivas.
Puede añadirse que el grado de participación por parte de las hablantes en el chisme no es simétrico. La participación está en función de la cantidad de información que posean o de las estrategias interactivas que utilicen. El acercamiento que propongo, además de brindar una aproximación al chisme desde el análisis del discurso, busca problematizar su estudio, ponerlo sobre la mesa de las investigaciones actuales, evidenciando su alto valor interactivo, social y discursivo.
Este estudio, si bien no agota el tema, pretende ser una llamada de atención para que los investigadores mexicanos de distintas áreas, pero sobre todo de la lingüística, posen su mirada en la práctica comunicativa denominada chisme. Hay varias vetas que quedan abiertas. Sería muy interesante estudiar discursivamente el chisme desde otras perspectivas analíticas o en otros contextos, por ejemplo, entre hombres.
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Anexos
A. Generalidades de los chismes del corpus (título, participantes, contexto y temática)
ver ejemplos |
B. Signos del sistema Val.Es.Co. utilizados en la transcripción de los chismes
: |
Cambio de voz |
A |
Intervención de un interlocutor identificado como A |
? |
Interlocutor no reconocido |
§ |
Sucesión inmediata sin pausa apreciable entre dos emisiones de distintos interlocutores |
= |
Mantenimiento del turno de un participante tras un solapamiento o una interrupción |
[ |
Lugar donde inicia un solapamiento o superposición |
] |
Final del habla simultánea |
- |
Reinicios y autointerrupciones sin pausa |
/ |
Pausa corta, inferior al segundo |
// |
Pausa de entre uno y dos segundos |
/// |
Pausa de dos segundos o más |
(5’) |
Silencio (lapso o intervalo) de 5 segundos, se indica el número de segundos en las pausas de más de tres segundos cuando sea especialmente significativo |
Entonación ascendente |
|
Entonación descendente |
|
Entonación mantenida o suspendida |
|
Cou |
Los nombres propios, apodos, siglas y marcas, excepto las convertidas en palabras-marca de uso general aparecen con la letra inicial en mayúscula |
PESADO |
Pronunciación marcada o enfática (dos o más letras mayúsculas) |
(( )) |
Fragmento indescifrable |
((siempre)) |
Transcripción dudosa |
((…)) |
Interrupciones de la grabación o de la transcripción |
(en)tonces |
Reconstrucciones de una unidad léxica que se ha pronunciado incompleta, cuando pueda perturbar la comprensión |
pa’l |
Fenómenos de fonética sintáctica entre palabras, especialmente marcados |
°( )° |
Fragmento pronunciado con una intensidad baja o próxima al susurro |
(RISAS, TOS, GRITOS) |
Aparecen al margen de los enunciados |
Aa |
Alargamientos vocálicos |
Nn |
Alargamientos consonánticos |
¿¡!? |
Interrogaciones exclamativas |
¿? |
Interrogaciones |
¡! |
Exclamaciones |
Letra cursiva |
Reproducción e imitación de emisiones. Estilo directo, característico de los denominados relatos conversacionales |
Notas
1 Para acceder a una revisión exhaustiva respecto a cómo ha sido estudiado el chisme desde distintas disciplinas se recomienda consultar a López Rodríguez (2015).
2 Es importante aclarar que el hecho de que el corpus de esta investigación haya sido recabado en este contexto no significa que los hombres no chismeen, solo que el corpus no me permite estudiar el chisme con y entre hombres. Esta otra veta de investigación queda abierta y promete resultados interesantes.