1. Introducción
En el proceso de adquirir una lengua los niños deben aprender a distinguir entre las frases nominales (fn) genéricas y las específicas. Las fn genéricas son aquellas que hacen referencia al conjunto de miembros de una clase o especie (ej., los perros como especie), mientras que las fn específicas denotan a uno o varios miembros dentro de la especie (ej., los perros del vecino). Para distinguir entre una expresión genérica y una específica se requiere tanto de información morfosintáctica (ej., los determinantes) como de información pragmática (ej., el punto de vista del hablante y el conocimiento del mundo) (Gelman & Raman, 2003). Consideremos el caso de un niño que escucha a su abuela decir Los perros muerden, nunca los toques cuando ven los dos perros guardianes del vecino. El éxito del niño para interpretar la expresión dependerá en gran medida de su capacidad para descifrar el punto de vista de la abuela, ¿se refiere su abuela exclusivamente a los perros del vecino o a los perros en general?, su conocimiento del mundo, ¿qué conocimiento tiene el niño sobre los perros?, y finalmente, el niño también debe conocer cuáles son los determinantes de su lengua y el significado o significados que pueden admitir (ej., genérico, específico).
Como se desprende de lo anterior, el mapeo entre la fn y su significado no parece ser una tarea sencilla. Más aún, la relación entre el determinante y el significado no es necesariamente una relación de uno a uno y la información que el niño utiliza para establecer el mapeo entre forma y significado puede ser ambigua. Las lenguas pueden variar en las formas que utilizan para distinguir entre lo genérico y lo específico. Sin embargo, algo que parecen tener en común todas las lenguas conocidas es la ausencia de una forma explícita dedicada exclusivamente a expresar genericidad (Dayal, 2004).
En este aspecto, el español no es diferente a otras lenguas, ya que también carece de una forma única para expresar genericidad. Los hispanohablantes usan fn plurales con un determinante definido para expresar genericidad (ej., Los perros tienen cola), pero las fn plurales definidas también pueden expresar especificidad en español (ej., Los perros de la vecina no tienen cola). Volvamos al ejemplo de la abuela: Los perros muerden, nunca los toques. En español este enunciado es ambiguo, pues potencialmente se podría interpretar como uno que se refiere a la especie o uno que hace referencia específicamente a los perros del vecino. Otro factor que trae ambigüedad al mapeo entre forma y significado es que los requisitos de las fn son diferentes dependiendo de su función sintáctica. En esta lengua es posible utilizar fn sin determinante (fn vacías) para expresar genericidad. Sin embargo, al igual que otras lenguas romances (por ejemplo, el catalán), las fn vacías solo se permiten cuando su función es predicativa, pero no cuando su función es argumental. En español, las fn predicativas pueden convertirse en argumental si, y solo si, están acompañadas de un determinante (ej., los / las) (Chierchia, 1998; véase Cuadro 1).
Ante esta falta de transparencia lingüística, cabe entonces preguntarse cómo los niños logran fijar el mapeo entre el determinante y sus posibles significados. Las investigaciones psicolingüísticas que han abordado esta pregunta proponen que los niños tienen una predisposición hacia la interpretación genérica (Cimpian & Erickson, 2012; Gelman, 2003; Gelman & Raman, 2003). Se ha propuesto que dicha predisposición es universal y que se presenta en el niño sin importar cuál sea su lengua nativa. Asimismo, hay quienes han propuesto que los genéricos son representaciones básicas a nivel cognitivo (Leslie & Gelman, 2012) y que, como tales, se procesan más rápidamente (Meyer, Gelman & Stilwell, 2011). Esta disposición cognitiva por la interpretación genérica explica por qué aun con la falta de una forma destinada exclusivamente a expresar genericidad, los genéricos son adquiridos por los niños a una edad muy temprana e incluso antes que otros cuantificadores (ej., todos, algunos) (Leslie, 2008; Roeper, Strauss & Zurer Pearson, 2006).
Desde el campo de la lingüística generativa también se ha teorizado sobre la adquisición de la semántica de los determinantes. Dos de las teorías más prominentes son las esbozadas en Gavarró, Pérez-Leroux y Roeper (2006) y Chierchia (1998). Según estas propuestas, en el proceso de adquisición, el niño optará inicialmente por una estructura de frase mínima (ej., sintagma nominal (sn)) y evitará la representación de categorías funcionales (ej., sintagma determinante (sd)). Como consecuencia, en una etapa inicial, los niños admitirán fn vacías en las diferentes posiciones sintácticas (ej., argumental y predicativa), pues este tipo de fn no requiere la proyección de la categoría funcional d (determinante). Además, mostrarán preferencia por la interpretación genérica. De acuerdo con estas propuestas teóricas, la interpretación específica será proveída por mecanismos universales como son las reglas de cambio de tipo (type-shifting). Esto ocurre con mayor exposición a la lengua en cuestión. El niño comenzará a distinguir entre fn genéricas y específicas conforme adquiere las formas específicas (ej., determinantes demostrativos), las cuales facilitan la desambiguación entre ambas interpretaciones (la genérica y la específica).
En fin, desde la psicolingüística y la teoría generativista se sugiere que la capacidad de aprender el significado de las fn, particularmente el genérico, se debe a una preferencia innata por este significado. Ambos campos de estudio coinciden en identificar la interpretación genérica como la interpretación por defecto en los niños. Los estudios realizados sobre las interpretaciones de las fn parecen apoyar esta propuesta. Es decir, los niños muestran una preferencia por la interpretación genérica. Sin embargo, es importante señalar que estos hallazgos provienen casi exclusivamente de estudios realizados con niños de habla inglesa. Los estudios sobre las interpretaciones en niños hispanohablantes son aún limitados. A continuación discutiremos lo que la investigación sobre la adquisición del español ha encontrado.
1.1. Interpretación de las fn plurales en niños hispanohablantes
Pérez-Leroux, Munn, Schmitt y DeIrish (2004) estudiaron la interpretación de fn plurales en un grupo de niños hispanohablantes (3;5 a 6;7 años). A los niños se les presentaron cuentos cortos sobre personajes con características anómalas, por ejemplo, cebras con manchas o tigres que comen zanahorias. Cada cuento estaba acompañado de una ilustración y seguido por una pregunta objetivo con una fn definida que hacía referencia a una característica canónica o a una no canónica (ej., canónico: ¿Las cebras tienen rayas?, no canónico: ¿Las cebras tienen manchas?). Para la condición canónica, si el niño contestaba Sí a la pregunta, la respuesta se contabilizaba como genérica, mientras que si respondía No, se analizaba como específica. El análisis para la condición no canónica fue el contrario: Sí = específico, No = genérico. La interpretación de las fn demostrativas también fue evaluada (Canónico: ¿Esos tigres comen carne?, no canónico: ¿Esos tigres comen zanahorias?). La pregunta objetivo iba seguida por preguntas distractoras y una pregunta de seguimiento. Un ejemplo del estudio original se presenta en (1).
(1) Fredi el tigre y Papo el tigre son vegetarianos. Mira, una zanahoria. El conejo está contento porque Papo y Fredi no comen carne y lo dejan tranquilo.
Ahora dime una cosa:
Pregunta objetivo: ¿Los tigres comen carne?
Distractor positivo: ¿Los tigres tienen rayas?
Distractor negativo: y tú, ¿tienes rayas como ellos?
Pregunta de seguimiento: ¿Esos tigres comen zanahorias?
Pérez-Leroux et al. (2004) encontraron que desde la temprana edad de 3 años, los niños pueden distinguir entre una fn genérica y una específica. Sin embargo, también notaron que los niños mostraban una preferencia marcada por la interpretación genérica. Los niños optaron de manera marcada por la interpretación genérica de las fn definidas (~ 80 – 95%), aunque una interpretación específica también es permitida en español. Otro dato interesante de la investigación es que los niños también optaron por la interpretación genérica en algunas de las fn demostrativas (17 – 42%), pero aún mostrando una preferencia por la interpretación específica. Sin embargo, algunos autores han resaltado que el alto número de respuestas genéricas por parte de los niños en este estudio se debe en cierta medida al diseño de la prueba. Aquellos que cuestionan el diseño de la prueba argumentan que luego de haber introducido a los personajes con una fn definida (ej., Freddie el tigre y Papo el tigre son vegetarianos), pragmáticamente sería raro referirse a ellos nuevamente como los tigres, lo cual pudo haber llevado a los niños a interpretar una pregunta como ¿Los tigres comen carne? como una que se refería a la especie y no a los tigres específicos que ya habían sido introducidos en la historia (véase crítica en Ionin, Montrul & Crivos, 2013; Serratrice, Sorace, Filiaci & Baldo, 2009).
En un estudio más reciente, Gelman, Sánchez-Tapia y Leslie (2016) estudiaron la evocación de fn en 48 niños de habla hispana (edad promedio 5;0). Para el diseño de su prueba, las autoras contrastaron el caso de las fn en inglés, en la cual las genéricas son más cortas (ej., Elephants have trunks) que las fn específicas (ej., The elephants have trunks) y que las oraciones con cuantificadores (ej., Many elephants have trunks). Siguiendo esto, las frases genéricas podrían considerarse frases más simples y menos costosas de procesar para el niño y, como consecuencia, en esta lengua la preferencia del niño por la interpretación genérica se podría deber a una cuestión de economía lingüística y no a una tendencia por defecto como algunos han propuesto. Es por eso que las investigadoras decidieron comparar la evocación de oraciones genéricas (ej., Las jirafas tienen lengua morada) y de oraciones con el cuantificador muchos / muchas (ej., Muchas jirafas tienen lengua morada) en español, en la que ambas frases comparten el mismo número de palabras, dos. Además, también contrastaron la producción de oraciones genéricas con la de oraciones con el cuantificador todos / todas (ej., Todas las jirafas tienen lengua morada), en este caso, las frases genéricas tienen un mayor número de palabras, tres. Las investigadoras deseaban evaluar si los niños mostraban una preferencia por las frases genéricas solo cuando estas eran más cortas o si lo hacían siempre. Para ello, mostraron a cada participante imágenes de animales mientras aprendían una propiedad nueva sobre ese animal. Por el ejemplo, la investigadora enseñaba al participante una foto de una jirafa y decía una oración con una fn genérica (ej., Las jirafas tienen lengua morada) o con una fn con el cuantificador muchos (ej., Muchas jirafas tienen lengua morada) o una fn con el cuantificador todos (ej., Todas las jirafas tienen lengua morada). Luego de escuchar las oraciones, el niño realizaba una tarea distractora (ej., construcción con formas magnéticas). Al cabo de 4 minutos de realizar dicha tarea, se le pedía al niño que recordara y produjera las oraciones que había escuchado. Los resultados apoyaron la propuesta de la interpretación genérica como defecto: 1) los niños recordaron las oraciones genéricas de una manera mucho más precisa que las oraciones con una fn con cuantificador; 2) cuando evocaban las oraciones con cuantificadores, optaron de manera significativa por la fn genérica (Las jirafas), independientemente de si la oración que habían escuchado era una oración que contenía un cuantificador (muchas) de longitud similar a la genérica o si era una fn con un elemento extra y por tanto más larga (ej., todas las). Las autoras no encontraron evidencia que apoyara la hipótesis de economía lingüística, lo que sugiere que la inclinación del niño por la interpretación genérica es una predisposición universal.
En resumen, los niños de habla hispana son capaces de distinguir entre genéricos y específicos a una edad temprana, sin embargo, la interpretación de las fn sigue siendo una tarea desafiante incluso después de los años preescolares. Los niños de 6 años todavía muestran respuestas que se desvían de la norma adulta para el determinante demostrativo, que solo tiene una posible interpretación: específica. Al igual que para los niños angloparlantes, se ha propuesto que los niños de habla hispana tienen preferencia por la interpretación genérica, lo que explicaría las respuestas desviadas para las fn demostrativas. No obstante, estas conclusiones se basan solo en un número reducido de estudios.
2. Metodología
Este estudio se enmarca dentro de un proyecto sobre la interpretación de los determinantes en niños de edad escolar. En un estudio previo investigamos la interpretación de los determinantes ingleses por parte de niños hispanohablantes aprendices de esta lengua como L2 (Morales-Reyes & Arechabaleta-Regulez, 2017). En dicha investigación, nos enfocamos en evaluar cómo la edad del niño y la cantidad de exposición a la lengua meta (ej., el inglés) influían en las interpretaciones de los determinantes. Sin embargo, la investigación que nos compete aquí tiene como objetivo ofrecer evidencia empírica que confirme (o refute) lo propuesto en estudios anteriores sobre las interpretaciones de las fn españolas en niños de habla hispana.
A diferencia del estudio de Pérez-Leroux et al. (2004), la prueba diseñada para esta investigación no favorece la interpretación genérica. Esto nos permitirá confirmar si, a falta de este sesgo, los niños muestran preferencia por dicha interpretación. Además, nuestro estudio incluye un grupo de niños mayores de 6 años con la intención de evaluar lo que sucede en etapas de desarrollo posteriores a la niñez media. Esto es relevante porque los niños parecen alcanzar un hito cognitivo y lingüístico en los años de la niñez tardía (Shaffer & Kipp, 2014). ¿Cómo difiere este grupo de niños de uno más joven? A esta edad, ¿los niños se asemejan a la norma adulta o aún presentan errores de comprensión y extienden la interpretación genérica a las fn específicas?
Otra de las particularidades de este estudio es que se utilizó una tarea en línea. Este tipo de actividades resultan más exitosas para acceder al conocimiento implícito del participante, ya que recogen las respuestas automáticas del hablante y, por tanto, son una muestra más fehaciente de sus intuiciones lingüísticas (Marinis, 2010).
Con el objetivo de entender mejor el desarrollo de las interpretaciones de las fn en niños hispanohablantes nos trazamos las preguntas de investigación siguientes:
1) ¿Los niños muestran preferencia por la interpretación genérica, incluso en un contexto que favorezca la interpretación específica sobre la genérica?
2) ¿La edad del niño influye en su interpretación de la fn? Es decir, ¿las interpretaciones en los niños en la etapa de niñez tardía (8–11 años) se diferencian de la de niños en la etapa de la niñez media (4–7 años)?
Tomando en cuenta las preguntas de investigación se formularon las hipótesis siguientes:
1) Se ha propuesto que la interpretación genérica es lingüística y cognitivamente más accesible. Por tanto, predecimos que los niños mostrarán preferencia por el significado genérico, incluso en un contexto que favorezca el significado específico.
2) Los niños alcanzan un hito cognitivo y lingüístico en los años de la niñez tardía. Por tanto, esperamos que los niños entre las edades de 8 a 11 años alcancen la norma adulta y se diferencien a su vez de los niños en la etapa de niñez mediana de 4 a 7 años.
2.1. Participantes
Un grupo de 39 niños hablantes nativos del español puertorriqueño participó en el estudio. Todos vivían en Puerto Rico al momento de la prueba y no se les había diagnosticado ningún déficit del lenguaje. Se dividieron en dos grupos según su edad: 19 niños en el grupo de niñez mediana (4;11–7;11) y 20 niños en etapa de niñez tardía (8;4–11;7). Para establecer la norma adulta, se incluyó un grupo de 19 adultos, también hablantes nativos del español puertorriqueño.
2.2. Pruebas
Las interpretaciones se examinaron a través de dos tareas en línea. Los participantes se sentaron frente a una computadora portátil y vieron pares de imágenes de objetos / animales con características atípicas (ej., elefantes sin trompa). Cada conjunto de imágenes estaba acompañado de un audio pregrabado. Las grabaciones fueron hechas por un hablante nativo del español puertorriqueño. A diferencia de Pérez-Leroux et al. (2004), no utilizamos una narrativa sino que nos enfocamos en preguntas cerradas (Sí / No) con una fn definida (ej., ¿Los elefantes tienen trompa?) o con una fn demostrativa (ej., ¿Estos elefantes tienen trompa?), véase un ejemplo en la Figura 1. Los estímulos definidos y demostrativos no se presentaron juntos, sino que se mostraron en dos pruebas en momentos diferentes. Cada prueba incluía una sección de práctica con cuatro ítems, seguida por la sección experimental con diez ítems. A los participantes se les indicó que debían presionar el botón de Sí o No en el teclado de la computadora tan pronto como supieran la respuesta a la pregunta que habían escuchado. También se les explicó que si se demoraban en contestar se pasaría automáticamente a la siguiente pregunta.
Para el análisis se evaluó la proporción de interpretaciones genéricas y específicas dadas a las preguntas. En un ítem como el de la Figura 1, las respuestas del participante se analizarían de la manera siguiente: fn definida (ej., ¿Los elefantes tienen trompa?): Sí = interpretación genérica, No = interpretación específica; fn demostrativa (ej., ¿Estos elefantes tienen trompa?): No = interpretación específica, Sí = interpretación genérica.
3. Resultados
Los resultados sugieren que en términos generales los niños fueron relativamente exitosos en distinguir entre las fn genéricas y las específicas (véase Figura 2). Asimismo, mostraron preferencia por interpretar como genéricas las preguntas con fn definidas. Cuando evaluamos la proporción de interpretaciones específicas ofrecidas para las fn demostrativas, encontramos que tendieron a la interpretación específica. Sin embargo, también interpretaron como genérica algunas de estas fn (M = .30; Rango: .80–.20), a pesar de que las fn demostrativas puedan tener solo significado específico.
Sin embargo, al dividir a los niños por edad y al incluir el grupo de adultos, los resultados revelaron diferencias importantes entre los grupos, específicamente en la interpretación de las fn demostrativas. El desempeño de los tres grupos de edad en las fn definidas fue similar (véase Figura 3). En promedio, la preferencia por la interpretación genérica fue mayor en los niños, pero la diferencia entre los grupos no fue estadísticamente significativa (F (2, 55) = .464, p > .05). Empero, en la interpretación de las fn demostrativas hubo diferencias marcadas (véase Figura 4). Los niños pequeños tuvieron menos éxito que los niños mayores en su interpretación: los niños en el grupo de edad de 4;11–7;11 interpretaron como genéricas una proporción elevada de fn demostrativas (M = .39), mientras que los niños en el grupo de edad de 8;4–11;7 mostraron un mejor desempeño al interpretar un menor número de las fn demostrativas como genéricas (M = .19). Los adultos interpretaron las fn demostrativas como específicas de manera casi categórica. El análisis estadístico reveló que la proporción de las interpretaciones de los tres grupos en las fn demostrativas fue significativamente diferente (F (2, 55) = 51.564, p = .000). Es decir, el desempeño de los niños en etapa de niñez media fue significativamente diferente al de los niños en etapa de niñez tardía y ambos grupos de niños se comportaron significativamente diferente al grupo de adultos. Estos resultados sugieren que aunque los niños en etapa de niñez tardía se asemejan más a los adultos que a los niños en etapa de niñez media, aún no alcanzan la norma adulta.
|
En un siguiente análisis nos interesaba evaluar si la proporción de interpretaciones genéricas obtenidas en cada una de las condiciones (fn definida y demostrativa) para cada uno de los grupos de edad era significativamente diferente. Como en español las fn definidas pueden ser tanto genéricas como específicas, pero las fn demostrativas tienen únicamente una interpretación específica, esperaríamos que la proporción de interpretaciones genéricas en ambos tipos de fn fuera significativamente diferente. Una prueba t de muestras pareadas reveló que, tal como era esperado, en los niños en etapa de niñez tardía (t (19) = 3.302, p = .004) y en los adultos (t (18) = -4.688, p = .000), la proporción de interpretaciones genéricas en ambas condiciones fue significativamente diferente. Sin embargo, en los niños más pequeños la proporción de interpretaciones genéricas en ambos tipos de fn no fue significativamente diferente (t (18) = 1.706, p = .105). Por tanto, los niños en etapa de niñez media ofrecieron una proporción comparable de interpretaciones genéricas para las fn definidas y para las demostrativas.
3.1. Resultados individuales
Con el interés de evaluar si los resultados grupales obtenidos fueron reflejo de la tendencia de algunos de los niños hacia una de las interpretaciones, analizamos si hubo niños que ofrecieran únicamente una interpretación independientemente del tipo de fn. Para ello evaluamos si hubo niños que seleccionaran la interpretación genérica de manera categórica (100%) o casi categórica (90%) en ambas condiciones: las fn definidas y las demostrativas. Del total de participantes, solo tres participantes —del grupo de niños más jóvenes— escogieron la interpretación genérica de manera casi categórica. También evaluamos cuántos niños habían ofrecido una interpretación específica de manera casi categórica en las mismas condiciones. Cabe señalar que, a diferencia del sesgo por la interpretación genérica, la preferencia por la específica no genera interpretaciones que se desvían de la norma adulta, pues las fn demostrativas requieren esta interpretación y para las definidas es una interpretación posible. De los 39 participantes solo seis mostraron una preferencia categórica por la interpretación específica e interpretaron 90–100% de las fn como tales. La distribución según la edad fue la siguiente: dos niños de 4;11–7;11 años y cuatro de 8;4–11;7 años.
|
Estos datos, como se muestra en la Figura 5, revelan que la mayoría de los niños (n = 29, 74%) ofrecieron ambas interpretaciones y, por lo tanto, demostraron tener acceso a ambos significados. Una minoría (n = 4, 10%) hizo uso exclusivo de la interpretación genérica, mientras solo 15% de los niños mostraron un sesgo por el significado específico a pesar de ser una interpretación admisible para ambas fn.
4. Discusión
El objetivo de esta investigación era estudiar el desarrollo de la interpretación de las fn plurales definidas y demostrativas en niños hispanohablantes en diferentes etapas de desarrollo. Para ello, se examinaron y compararon las interpretaciones en dos grupos: niños en etapa de niñez mediana (4;11–7;11) y niños en etapa de niñez tardía (8;4–11;7). Las interpretaciones de ambos grupos también fueron comparadas con la norma adulta. En cuanto a nuestra primera pregunta de investigación —¿se muestra una preferencia por la interpretación genérica incluso en un contexto que favorezca la específica?—, los resultados apoyaron la hipótesis, ya que, según lo observado, los niños tendieron a la interpretación genérica. Sin embargo, esta preferencia no fue tan marcada como la reportada por Pérez-Leroux et al. (2004): en su estudio, los niños optaron por la interpretación genérica casi de manera categórica. La diferencia entre ambas investigaciones puede estar relacionada con la naturaleza de las pruebas utilizadas en cada una. En Pérez-Leroux et al. (2004), el diseño de la prueba favorecía la interpretación genérica sobre la específica. Por el contrario, en nuestra prueba no había una historia que introdujera la pregunta. Además, cada pregunta iba acompañada de una imagen con referentes específicos, objetos / animales, que tenían las características señaladas en la pregunta. Por estas razones, podríamos argumentar que en nuestra prueba la interpretación específica era más prominente que la genérica. Sin embargo, si asumimos que nuestra prueba tiene un sesgo hacia la interpretación específica, es revelador que, en términos generales, la proporción de interpretaciones genéricas para las fn definidas fuera mayor que la interpretación específica. Esto sugiere que en el caso de estas fn, la interpretación específica no se impone sobre la genérica, aun cuando se trate de un contexto que la favorezca.
Con respecto a la segunda pregunta —sobre la influencia de la edad del niño en su interpretación de las fn—, al evaluar las respuestas según el grupo de edad (niñez media o tardía), no encontramos diferencias significativas para el caso de la interpretación de las fn definidas. Por el contrario, sí las hubo en las interpretaciones de las fn demostrativas. Es interesante notar que, a pesar de que la prueba favoreciera la interpretación específica, los niños en etapa de niñez media ofrecieron respuestas no esperadas a las fn demostrativas. En español, estas fn solo tienen una posible interpretación: la específica. Por tanto, se alejaría de la norma adulta asignarles una interpretación genérica. Más aún, cuando analizamos la proporción de interpretaciones genéricas ofrecidas en ambos tipos de fn, descubrimos que en el grupo de niñez media no hubo diferencias significativas, lo que indicaría que, en esta etapa de desarrollo, la interpretación genérica parece imponerse aun en contextos específicos. Este hallazgo sugiere que, como algunos investigadores ya han propuesto, inicialmente los niños tienden a interpretar las fn como genéricas. Sin embargo, con mayor exposición a la lengua, el niño va limitando la interpretación genérica a las fn definidas. Esto mismo indican los resultados de los niños en etapa de niñez tardía, quienes, a pesar de aún optar erróneamente por la interpretación genérica de las fn demostrativas, cometen un número de equivocaciones significativamente menor. Cabe señalar que, según nuestra hipótesis, los niños en la etapa de niñez tardía alcanzarían la norma adulta. Esta predicción no se sostuvo en su totalidad, ya que, si bien los niños en etapa de niñez tardía se comportaron significativamente diferente a los de niñez media, también se diferenciaron del comportamiento adulto. Este hallazgo parece indicar que el dominio de la interpretación de los determinantes en las fn es uno que se da de manera gradual y que toma un tiempo relativamente largo.
5. Conclusiones
Tomando en cuenta los hallazgos de la investigación, concluimos que en los niños hispanohablantes la interpretación por defecto de las frases nominales definidas y demostrativas es la genérica, lo que a su vez apoya la propuesta de que la interpretación genérica es una predisposición universal. Proponemos que es esta predisposición la que llevará a los niños a experimentar un periodo durante el que extenderán la interpretación genérica a contextos que no admiten esta interpretación en la norma adulta. Este periodo persistirá por bastante tiempo, ya que parece extenderse hasta aproximadamente la adolescencia, cuando se espera que la interpretación de las fn en el niño alcance la norma adulta.
6. Referencias
Chierchia, Gennaro (1998). Reference to kinds across language. Natural Language Semantics, 6(4), 339–405.
Cimpian, Andrei, & Erickson, Lucy C. (2012). Remembering kinds: New evidence that categories are privileged in children’s thinking. Cognitive Psychology, 64(3), 161–185.
Dayal, Veneeta (2004). Number marking and (in)definiteness in kind terms. Linguistics and Philosophy, 27(4), 393–450.
Gavarró, Anna; Pérez-Leroux, Ana Teresa, & Roeper, Thomas (2006). Definite and bare noun contrasts in child Catalan. En Vincent Torrens & Linda Escobar (Eds.), The acquisition of syntax in Romance languages (pp. 51–68). Filadelfia: John Benjamins.
Gelman, Susan A. (2003). The essential child: Origins of essentialism in everyday thought. Nueva York: Oxford University Press.
Gelman, Susan A., & Raman, Lakshmi (2003). Preschool children use linguistic form class and pragmatic cues to interpret generics. Child Development, 74(1), 308–325.
Gelman, Susan A.; Sánchez-Tapia, Ingrid, & Leslie, Sarah-Jane (2016). Memory for generic and quantified sentences in Spanish-speaking children and adults. Journal of Child Language, 43(6), 1231–1244.
Ionin, Tania; Montrul, Silvina, & Crivos, Mónica (2013). A bidirectional study on the acquisition of plural noun phrase interpretation in English and Spanish. Applied Psycholinguistics, 34(3), 483–518.
Leonetti Jungl, Manuel (1990). El artículo y la referencia. Madrid: Taurus Universitaria.
Leslie, Sarah-Jane (2008). Generics: Cognition and acquisition. The Philosophical Review, 117(1), 1–47.
Leslie, Sarah-Jane, & Gelman, Susan A. (2012). Quantified statements are recalled as generics: Evidence from preschool children and adults. Cognitive Psychology, 64(3), 186–214.
Marinis, Theodoros (2010). Using on-line processing methods in language acquisition research. En Elma Blom & Sharon Unsworth (Eds.), Experimental methods in language acquisition research (pp. 139–162). Filadelfia: John Benjamins.
Meyer, Meredith; Gelman, Susan A., & Stilwell, Sarah M. (2011). Generics are a cognitive default: Evidence from sentence processing. En Laura Carlson, Thomas F. Shipley & Christoph Hoelscher (Eds.), 33rd Annual Meeting of the Cognitive Science Society 2011 (pp. 913–918). Austin: Cognitive Science Society.
Morales-reyes, Alexandra, & Arechabaleta-Regulez, Begoña (2017). Are lions green?: Child L2 learners’ interpretation of English generics and definite determiners. Languages, 2(4), 22.
Pérez-Leroux, Ana Teres; Munn, Alan; Schmitt, Cristina, & DeIrish, Michelle (2004). Learning definite determiners: Genericity and definiteness in English and Spanish. En Alejna Brugos, Linnea Micciulla & Christine E. Smith (Eds.), Boston University Conference on Language Development (bucld) 28 online proceedings supplement. Recuperado de http://www.bu.edu/bucld/files/2011/05/28-perez-leroux.pdf
Roeper, Thomas; Strauss, Uri, & Zurer Pearson, Barbara (2006). The acquisition path of the determiner quantifier ‘every’: Two kinds of spreading. En Tanja Heizmann (Ed.), University of Massachusetts Occasional Papers in Linguistics (umop) 34: Current issues in first language acquisition (pp. 97–128). Amherst: Graduate Linguistics Student Association / University of Massachusetts.
Serratrice, Ludovica; Sorace, Antonella; Filiaci, Francesca, & Baldo, Michela (2009). Bilingual children’s sensitivity to specificity and genericity: Evidence from metalinguistic awareness. Bilingualism: Language and Cognition, 12(2), 239–257.
Shaffer, David R., & Kipp, Katherine (2014). Developmental psychology: Childhood and adolescence. Belmont: Wadsworth / Cengage Learning.