Estudios de Lingüística Aplicada

 

Marisela Colín Rodea (Comp.). Traducción de textos especializados. Nuevos enfoques,
nuevas metodologías
. México: Escuela Nacional de Lenguas, Lingüística y Traducción,
Universidad Nacional Autónoma de México, 2018. 360 págs.

Glandy Horita González

Universidad Nacional Autónoma de México,
Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia

Traducir implica trabajar paralelamente y a la vez de manera independiente con dos sistemas lingüísticos: la lengua del texto base (tb) y la lengua del texto meta (tm), en su dimensión léxico-gramatical, semántica y discursiva. En este contexto, el quehacer del traductor podría definirse como un proceso en el que interactúa con dichos sistemas a través de un trabajo lingüístico cognitivo y sociofuncional que le permite identificar en la lengua meta los recursos expresivos adecuados para transmitir de manera idónea el mensaje del texto que traduce.

En la traducción de textos especializados, la terminología constituye uno de los focos de atención más relevantes en el trabajo del traductor, no solo desde el punto de vista de su función denominativa, sino particularmente por su valor significativo y su uso en el contexto de especialización.

Traducción de textos especializados. Nuevos enfoques, nuevas metodologías es una publicación que abre nuevas ventanas de análisis sobre una profesión que cada vez amplía más su horizonte de estudio bajo recientes enfoques teóricos e innovadores recursos tecnológicos. Marisela Colín Rodea, compiladora de los trabajos ahí publicados, señala que el propósito del presente manual es “contribuir al desarrollo de la competencia del traductor” y, por tanto, acercarlo “al análisis de problemas específicos, proponer su solución y metodologías en el marco de teorías actuales basadas en el estudio del léxico, la terminología y la retórica”.1

Esta publicación se propone dar continuidad a diversas inquietudes y problemas planteados por los autores en distintos cursos y foros académicos respecto al ejercicio de la traducción y al compromiso profesional de quien lo lleva a cabo. Por ello, todos los trabajos expuestos reflejan esa experiencia obtenida en investigación y docencia en traducción, complementada con relevantes propuestas didácticas. Su importancia radica no solo en el contenido de los temas tratados, sino particularmente en la manera en que se abordan para responder a cuestionamientos concretos a través de la reflexión sobre aspectos terminológicos, semánticos, sintácticos, entre otros; es este carácter de estudio aplicado lo que da sentido a la obra.

En el capítulo introductorio, “Terminología, vida cotidiana y traducción especializada”, Marisela Colín menciona los diferentes ámbitos en que la terminología especializada se hace presente en la vida diaria, ya que, de alguna manera, todos somos consumidores de nuevos términos: desde el contacto cotidiano con esa terminología a través del uso y consumo de productos hasta la adquisición de un conocimiento especializado como una experiencia más significativa, como puede ser el aprendizaje de una disciplina; o el trabajo del traductor como intermediario en la divulgación del conocimiento y entre productores y consumidores de servicios.

Son diversos los problemas a los que se enfrenta el traductor de textos especializados en cuanto al manejo de la terminología. En este sentido, Mercedes Suárez, de la Universidad de Manizales, Colombia, en “Toma de decisión y resolución de un problema de tipo terminológico en traducción: la vde” (variación denominativa explícita), mediante un trabajo descriptivo bien documentado en estudios contrastivos y funcionalistas, responde a cuestionamientos como: ¿por qué se presenta la variación denominativa explícita en los textos especializados? ¿Cuál es la razón del orden de mención de estas variantes en el texto? ¿Qué tipo de marcador discursivo es más conveniente y por qué? ¿Cuál es la relación que guarda este problema terminológico con el programa conceptual del texto base?

Al respecto, la autora concluye que la explicitación terminológica, los procesos de reducción y de expansión de acuerdo con el programa conceptual del texto base, así como la selección de marcadores, obedecen a aspectos culturales y cognitivos, entre otros, y tienen como fin el transmitir dicho conocimiento de la manera más conveniente, por lo que el traductor deberá buscar las opciones más adecuadas, siempre acordes al sentido del texto que se traduce, para lograr la coherencia en el tm.

Otro de los problemas relacionados con la terminología de textos especializados se presenta en la traducción de los sintagmas nominales con modificadores. Gabriel Quiroz y Alejandro Arroyave, de la Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia, abordan este tema en “Sintagmas nominales con premodificación compleja: algunos aspectos de su traducción del inglés al español”. En los sintagmas nominales analizados, explican los autores, la complejidad lingüística del término con múltiples modificadores es mayor, por lo que las relaciones semánticas que se establecen entre estos y el núcleo nominal dificultan la traducción. Al respecto, señalan que cada lengua estructura lingüísticamente el conocimiento de manera particular, por lo que es necesario que el traductor conozca dichas diferencias e identifique los patrones que definen a las lenguas con las que trabaja, a fin de llegar a una traducción coherente y clara.

En su estudio, Quiroz y Arroyave analizan las conveniencias e inconvenientes de las estrategias de traducción propuestas para distintos patrones en diversos estudios. Asimismo, proponen identificar la estructura sintagmática de estos términos en ambas lenguas, así como los tipos de modificadores presentes y su distribución para llegar a la traducción más certera a partir del núcleo nominal y las relaciones de sentido que se establecen entre este y sus modificadores, de acuerdo con su cercanía al núcleo y el uso de preposiciones cuando son necesarias.

La identificación de problemas puntuales de traducción como los ya mencionados refleja la relevancia de la terminología en la traducción especializada, no solo desde el punto de vista de la carga conceptual que conllevan los términos y su intención comunicativa en contexto, sino también en cuanto a su construcción y dimensión significativa.

Desde otro nivel de análisis, en “La teoría sistémico-funcional aplicada a la traducción (inglés-español)”, Daniel Rodríguez Vergara de la Escuela Nacional de Lenguas, Lingüística y Traducción de la Universidad Nacional Autónoma de México, propone abordar la traducción desde el sentido del texto con un enfoque sistémico-funcional, esto es, a partir del contexto social y comunicativo dentro del cual se construye el discurso.

Tomando los distintos niveles de la estructura semántico-discursiva del texto que se traduce como punto de partida, Rodríguez aborda la traducción como un proceso de identificación del sentido del texto base a través de sus elementos léxico-gramaticales y los correspondientes o sus equivalentes en el texto meta. Se trata de una equivalencia fonológica, léxico-gramatical y semántica; sin embargo, menciona el autor, la verdadera equivalencia en el proceso de la traducción es la equivalencia semántica e “ideacional”.

En “Análisis discursivo, textos especializados y traducción”, Iria da Cunha, de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, Madrid, España, aborda el proceso de traducción a partir de la estructura del texto, considerando los distintos segmentos que lo conforman, las relaciones discursivas que se establecen entre ellos y la construcción de árboles que retoman dichos vínculos para constatar la coherencia textual.

La autora se acerca al análisis de la configuración discursiva desde la teoría comunicativa de la terminología de Cabré, en cuanto al tema, nivel de especialización y densidad terminológica, así como, a partir de la teoría de la estructura retórica de Mann y Thompson, con algunas adaptaciones y modificaciones. Da Cunha propone identificar las unidades discursivas mínimas y establecer sus relaciones a través de conectores, mediante una herramienta de análisis y, una vez identificadas las relaciones, construir un árbol discursivo, que presente los distintos niveles de relación.

Germán Mira y Pedro Patiño, de la Escuela de Idiomas de la Universidad de Antioquia, Medellín, en “La traducción de las unidades fraseológicas especializadas (ufe)”, hacen una revisión de distintas propuestas planteadas por especialistas para considerar estas unidades como términos. A pesar de las discrepancias, la lingüística de corpus ha contribuido a favor de este criterio por la relevante presencia de dichas construcciones en los lenguajes especializados.

Si bien las unidades fraseológicas, como las locuciones y las colocaciones, están consideradas como términos, estas presentan diferencias en cuanto a su restricción morfosintáctica, que en las locuciones resulta mayor, es decir, registran menos variación, en tanto que las colocaciones son estructuras semifijas. La traducción de estas unidades terminológicas especializadas representa un gran reto para el traductor si no está familiarizado con el área de conocimiento, por ello, es necesario que cuente, entre otras, con una buena competencia terminológica.

Parte fundamental en el trabajo del traductor son las fuentes de información terminológica, punto de interés que desarrolla John Jairo Giraldo Ortiz, de la Escuela de Idiomas de la Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia, en su trabajo “Los bancos de abreviaciones como herramienta de apoyo en la traducción”. El objetivo del estudio es analizar las abreviaciones —recurso frecuente en el discurso de las ciencias y la técnica—, particularmente las siglas, así como los recursos electrónicos usados para su almacenamiento.

De acuerdo con la clasificación mencionada por el autor, existen siglas propias, mixtas y lexicalizadas. Debido a que estas abreviaciones se han incrementado en los distintos ámbitos de la ciencia, ha sido necesario registrarlas en bancos de información. Sin embargo, no todos ellos son confiables, por lo que recomienda constatar la autoría, actualización de datos y la precisión de la información que proporcionan. El autor concluye que, aunque los diccionarios de la red son aceptables, aún presentan deficiencias en originalidad y ergonomía, ofrecen muchas formas y poca información, y no se crean con criterios verdaderamente lexicográficos ni terminográficos.

En el capítulo “Recursos y mecanismos para la resolución de problemas terminológicos en la labor traductora”, Esther Sada Díaz, del Instituto Superior de Intérpretes y Traductores, como traductora independiente, hace una revisión de los problemas a los que podría enfrentarse el traductor en relación con el discurso especializado, el cual se delimita, dice Sada, según el carácter de los términos (referencial, restrictivo) y la función comunicativa que se establece entre el emisor, el texto y el receptor.

Los problemas planteados en relación con la terminología, menciona la autora, permiten dar cuenta de las decisiones que el traductor asume durante el proceso de la traducción, así como los criterios que aplicará para seleccionar la mejor opción al traducir en la lengua meta la terminología presente en el texto que se traduce: términos que se construyen a través de procesos neológicos, de composición, mediante calcos o préstamos, por ejemplo. Este trabajo requiere de una amplia competencia cognitiva, lingüística, sociofuncional y metodológica por parte del traductor, así como de habilidades de búsqueda en fuentes de consulta.

Los dos últimos capítulos de la obra se refieren a la formación de traductores, actividad igualmente relevante y trascendente.

Melva Márquez Rojas, de la Universidad de los Andes, Mérida, Venezuela, plantea una propuesta didáctica que podría considerarse de autoaprendizaje. En el capítulo “La paralelización de versiones como actividad didáctica en la enseñanza de la traducción especializada”, la autora considera que la enseñanza-aprendizaje de la traducción es una acción constructiva —es el medio y el fin—, por ello, después de revisar diversos enfoques sobre el aprendizaje colaborativo y la enseñanza de la traducción como un proceso a partir de textos reales, propone la “paralelización de versiones”. En esta propuesta, los estudiantes sugieren los textos que se trabajarán en clase y envían su versión traducida. De estos textos, el profesor selecciona, aleatoriamente, los que se discutirán en la sesión. De esta manera hay un mayor involucramiento del grupo en la discusión generada en la clase, y se logra un aprendizaje consciente, según se constató en la retroalimentación que los alumnos dieron después de esta experiencia.

Por su parte, Sandra Strikovski Vestel (posgrado en lingüística, unam) presenta, en “Consideraciones para la didáctica de la traducción”, una revisión sobre los distintos conocimientos y habilidades que implican una competencia traductora, con el fin de orientar su enseñanza no solo dentro del marco de la lingüística, la terminología y materias afines, sino también dentro de estudios socioculturales y los ámbitos sociopolítico y económico en los que se inserta el ejercicio de esta profesión.

Cabe destacar la parte práctica que complementa cada uno de los capítulos porque constituye un ejercicio de reflexión lingüística y cognitiva sobre la traducción especializada y la terminología que la define. Estos ejercicios permiten al usuario del manual responder a interrogantes en la materia y a encontrar, en algunos casos, caminos propios de solución.

Investigaciones aplicadas como las contenidas en este manual reflejan el interés no solo por explicar el proceso de la traducción especializada, sino también por definir el quehacer del traductor dentro de una profesión inter y transdisciplinaria, que requiere de una competencia en muchas direcciones.

Notas

 

1 “Sinopsis” (de Traducción de textos especializados. Nuevos enfoques, nuevas metodologías), enallt Publicaciones. Disponible en este enlace

 

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