Estudios de Lingüística Aplicada

Noticia de libro

¿Qué me cuentas? Narraciones y desarrollo lingüístico en niños hispanohablantes. Editado por Alejandra Auza Benavides y Karina Hess Zimmermann. México: Universidad Autónoma de Querétaro/Hospital General Dr. Manuel Gea González/Ediciones DeLaurel, 2013. 297 págs.

Alina Signoret Dorcasberro

Centro de Enseñanza de Lenguas Extranjeras

Universidad Nacional Autónoma de México

“Narrar historias es una característica inherente de la especie humana, pues forma parte de las motivaciones de cooperación (…) para lograr la comunicación entre grupos” plantean Karina Hess Zimmermann y Alejandra Auza Benavides en la obra ¿Qué me cuentas? Narraciones y desarrollo lingüístico en niños hispanohablantes, editado en agosto de 2013 por la Universidad Autónoma de Querétaro, el Hospital General Dr. Manuel Gea González y las Ediciones DeLaurel.

Como editoras, Auza y Hess reúnen a 15 autoras de siete prestigiadas instituciones nacionales e internacionales que, en nueve capítulos, reconocen la narración como una herramienta para investigar el desarrollo lingüístico y cognitivo infantil. En este sentido, Hess y Auza consideran que “narrar una historia es una habilidad cognoscitiva compleja en la que están implicados el cooperar, informar, compartir información, tomar en cuenta la perspectiva del otro, involucrarlo en la interacción, atender a un mismo foco de atención” (2013: 19).

La obra muestra que el estudio narrativo permite comparar distintos niveles del lenguaje en niños de diferentes edades, países, culturas y contextos sociales. El discurso narrativo es también un instrumento de diagnóstico de los trastornos del lenguaje. En este sentido, Alejandra Auza y Andrea Chávez plantean que “los niños con trastorno específico/primario del lenguaje (tel) producen narraciones de poca longitud, poca diversidad léxica y escasa complejidad en las oraciones” (2013: 60).

La obra ofrece así una diversidad de temáticas en torno a la narración infantil, relevantes para el campo de la adquisición y el desarrollo del lenguaje.

Por ejemplo, Silvia Romero y Gloria Elena Gómez analizan las funciones referencial y expresiva en el discurso narrativo de 10 niñas y 10 niños mexicanos de 3 a 12 años de edad. En cuanto a la función referencial, las autoras encuentran que mientras los pequeños se centran en la descripción de hechos, los más grandes incorporan información contextual. Muestran también que los nexos copulativos se utilizan en todas las edades, y que los nexos ilativos, adversativos y adverbiales son empleados por niños de más edad. Respecto a la función referencial, reportan la aparición temprana del habla directa y el surgimiento tardío del habla indirecta.

Alejandra Auza y Andrea Chávez estudian el desarrollo de la longitud media de emisión (lme) y de la diversidad y densidad léxica en 81 niños mexicanos de 4 a 7 años de edad. Consideran que “los niños de 7 años son los que más palabras emplean en sus oraciones” (2013: 75), “en construcciones cada vez más largas” (2013: 76) “y gramaticalmente más complejas” (2013: 77). Plantean así que “conforme incrementa la complejidad léxica, también lo hace la complejidad sintáctica” (2013: 77).

Ana María Carmiol, Marcela Ríos y Alison Sparks visualizan el desarrollo de la alfabetización como “un proceso (…) que involucra múltiples participantes” (2013: 89) y valoran el entorno lingüístico proporcionado por los cuidadores que generan prácticas narrativas y rutinas culturales. Este entorno promueve las habilidades del lenguaje oral como la comprensión conceptual, el manejo del vocabulario y las habilidades narrativas, que se correlacionan a su vez con las habilidades prelectoras como la conciencia fonológica y el reconocimiento de letras y palabras impresas. Las autoras confirman su hipótesis analizando las narraciones de 32 niñas y niños costarricenses de 4 años de edad.

Desde esta misma perspectiva, Karina Hess y María Leticia Prado comprueban que la lectura de cuentos y la discusión sobre los mismos impulsan el desarrollo narrativo en la infancia. Las autoras muestran esta correlación en un grupo experimental de 8 niñas y 8 niños mexicanos de 5 y 6 años de edad, que manejan mejor las estructuras canónicas y los elementos prototípicos del cuento clásico, que el grupo control que no fue expuesto a la lectura de cuentos en el ámbito de la investigación reportada.

Yamileth María Betancourt y Rosa Graciela Montes estudian niños colombianos de 5, 9 y 11 años de edad en cuanto al manejo estratégico de la evaluación narrativa, es decir la “estrategia discursiva mediante la cual el narrador se posiciona (…) y da a conocer sus valoraciones sobre objetos o sucesos que son los temas de sus discursos” (2013: 142-143). Según las autoras, a mayor edad, mayor manejo de los recursos evaluativos como las onomatopeyas, las interjecciones, la repetición, los diminutivos, que denotan “la competencia comunicativa y socio-pragmática del niño” (2013: 168).

Teresa de Jesús de la Vega y Mónica Alvarado trabajan con 63 niños mexicanos de 5 a 10 años y consideran que, independientemente de la edad, el niño es más sensible al estímulo lingüístico que al estímulo ilustrado para narrar una historia. Por otra parte, las autoras estudian las dificultades narrativas que viven los infantes al estar expuestos simultáneamente a información icónica y escrita independientes. Consideran que “los niños atraviesan por un proceso evolutivo que comienza en un nivel en el que no reconocen diferencias entre acciones sucesivas y simultáneas” (2013: 181), y esta dificultad permanece hasta los 11 años.

Luisa Josefina Alarcón analiza el manejo de los adjetivos predicativos y de los adverbios de manera que sustentan la descripción y la evaluación en el discurso narrativo de 12 niños mexicanos de 9-10 años y de 12 jóvenes de 14-15 años de edad. La autora observa que la distribución de los adjuntos adjetivales y adverbiales en los jóvenes “es el doble de la proporción encontrada en las muestras de los niños de tercer grado de primaria” (2013: 243). La investigación de Alarcón muestra de esta forma “el crecimiento léxico que logran los jóvenes al final de la Educación Básica” (2013: 254).

Karina Hess y Lilia González analizan narraciones orales y escritas de 12 niños mexicanos de 5º grado y 12 adolescentes de 8º grado, y se centran en la cohesión discursiva, es decir en “la representación sintáctica, semántica, y pragmática de los procesos de conectividad en el texto que asegura una ligazón lingüística significativa” (2013: 263). Las autoras reportan que la destreza en el uso de uno de los mecanismos principales de la cohesión, es decir, los conectores, se consolida “de manera tardía, incluso más allá de la adolescencia” (2013: 261), por lo que encuentran una competencia similar y “pocos cambios cualitativos y cuantitativos en el uso de conectores discursivos durante el rango de los años escolares estudiados” (2013: 288).

Por último, cabe mencionar que, además de las temáticas relevantes para el campo de la adquisición y el desarrollo del lenguaje, la obra que se reseña ofrece una riqueza en cuanto a modelos y metodologías de investigación, así como de tareas y pruebas de exploración. Unos ejemplos serían el recuento de una historia infantil; la narración de experiencias personales; la narración a partir de libros de imágenes como Frog, where are you? (1969) y One frog too many (1975), de Mayer; las subpruebas de vocabulario sobre dibujos, y de identificación de letras y palabras, de Woodcock-Muñoz (1996); el modelo del high point analysis, de Peterson y McCabe (1983), y el modelo de la gramática del cuento, de Stein y Glenn (1979).

 

 

Apéndice

 

índice de capítulos de la obra

 

Capítulo 1. “Las narraciones como una ventana para mirar el lenguaje y la cognición de los niños”, de Karina Hess Zimmermann y Alejandra Auza Benavides.

Capítulo 2. “Exploraciones en torno a la construcción del discurso narrativo en niños de 3 a 12 años”, de Silvia Romero Contreras y Gloria Elena Gómez Martínez.

Capítulo 3. “Medidas del desarrollo del lenguaje en niños mexicanos: la longitud media de emisión en el recuento de una historia”, de Alejandra Auza Benavides y Andrea Chávez Luján.

Capítulo 4. “La relación entre habilidades prelectoras y habilidades narrativas en niños y niñas preescolares costarricenses: aportes para un enfoque comprensivo de la alfabetización emergente”, de Ana María Carmiol, Marcela Ríos y Alison Sparks.

Capítulo 5. “¿Te leo un cuento? La lectura de relatos en el desarrollo narrativo de niños en edad preescolar”, de Karina Hess Zimmermann y María Leticia Prado Servín.

Capítulo 6. “Recursos lingüísticos evaluativos en narrativas de experiencia personal: onomatopeyas, interjecciones, repeticiones, verbos y diminutivos”, de Yamileth María Betancourt y Rosa Graciela Montes.

Capítulo 7. “Escuchar, mirar y reconstruir. Las posibilidades infantiles de coordinar una doble trama a partir de la lectura de un ‘libro álbum’”, de Teresa de Jesús de la Vega Arias y Mónica Alvarado Castellanos.

Capítulo 8. “Adjetivos predicativos y adverbios de manera en la producción narrativa de niños y jóvenes escolarizados”, de Luisa Josefina Alarcón Neve.

Capítulo 9. “Uso de conectores discursivos en narraciones orales y escritas de niños y adolescentes”, de Karina Hess Zimmermann y Lilia González Olguín.

 

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