Estudios de Lingüística Aplicada

Natalia Ignatieva & Cecilia Colombi (Coords.). clae: el lenguaje académico en México y los Estados Unidos: un análisis sistémico funcional. México: Centro de Enseñanza de Lenguas Extranjeras, Universidad Nacional Autónoma de México, 2014. 237 págs.

Laura García Landa

Universidad Nacional Autónoma de México,
Escuela Nacional de Lenguas, Lingüística y Traducción

clae: El lenguaje académico en México y los Estados Unidos: un análisis sistémico funcional hilvana sus intereses alrededor de la lingüística de corpus y de la lingüística sistémico funcional. El foco de atención se centra en el lenguaje académico de las humanidades, concretamente la literatura, la historia y, más específicamente, los géneros textuales: pregunta–respuesta, ensayo, reseña y reporte monográfico, en dos contextos escolares universitarios. Varios fragmentos han sido analizados en sus formas y funciones para definir una manera particular de actividad social, mediante la expresión de significados específicos de ese contexto, que se registra a través del tema o campo, el usuario o tenor y el medio de comunicación o el modo.

El volumen introduce primero los ejes epistémicos alrededor de los cuales se entreteje su abordaje metodológico para generar e interpretar el corpus clae (Corpus del Lenguaje Académico en Español): la lingüística de corpus y el análisis sistémico funcional. El equipo parte de la definición de corpus como un modelo fidedigno y representativo del lenguaje en uso en diferentes contextos y situaciones. A través de este modelo se analiza la evidencia observable en su totalidad, sin descartar ninguna muestra atípica, ya que esta última es de interés especial y revela fenómenos que enriquecen el sistema lingüístico y la construcción de marcos emergentes y que las gramáticas reduccionistas no integran.

La relevancia de la integración de este corpus se evidencia también al incluir en el volumen reportes de investigación en los que el corpus clae constituyó la fuente principal de recolección de datos para realizar investigación sobre la escritura académica producida por alumnos universitarios de áreas humanísticas tanto en la Universidad Nacional Autónoma de México (unam) como en la Universidad de California en Davis, Estados Unidos.

Todos los estudios presentados parten de un marco conceptual y analítico compartido dentro de la lingüística sistémico funcional (lsf), específicamente de las funciones ideacional, interpersonal y textual que conforman el sistema de significados de la lengua, lo que proporciona una gran coherencia al volumen. Otro de los ejes conceptuales que conforman la estructura organizativa de este libro es la teoría del género textual: práctica discursiva determinada por juegos lingüísticos y extralingüísticos producidos dentro de un marco social y cultural determinado (pregunta–respuesta, reportes, ensayos, reseñas). Estos marcos o ejes conceptuales se hacen presentes en el tipo de recursos lingüísticos que se eligen para la estructura esquemática (estructura retórica) y relacional (léxico-gramatical y semántico-discursiva) en la expresión de significados.

Para ejemplificar los alcances y limitaciones del corpus, el libro reúne siete estudios que han sido estructurados en dos secciones intituladas: exploraciones del corpus mexicano y exploraciones del corpus californiano. Las contribuciones que integran el volumen buscan describir los constituyentes funcionales de los distintos géneros académicos y llevar a cabo un análisis léxico–gramatical de diferentes géneros a partir del corpus clae, que sirvan de base para comprender la escritura académica en español e incluso modificar las prácticas de enseñanza del español en el nivel universitario.

La primera sección abre con el reporte de investigación de Natalia Ignatieva, “Análisis genérico de los escritos académicos estudiantiles en el área de literatura” (pp. 3357), quien parte de este marco de la lsf para ilustrar el tipo de análisis que se realizó con el corpus de 39 textos estudiantiles (ensayos, pregunta–respuesta, reseñas) de los colegios de Letras Hispánicas y Modernas de la Facultad de Filosofía y Letras de la unam, y dos textos de expertos también de esta universidad que fungieron como modelo de ensayo. El estudio explora los significados que caracterizan estos géneros y cómo los estudiantes seleccionan los recursos lingüísticos para expresar tres tipos de significados básicos. En el género pregunta–respuesta se aprecia que existe una escasez de temas interpersonales, solo seis de los textos analizados presentan esta tendencia y solo un texto muestra tres temas impersonales. El análisis de transitividad indica una tendencia a utilizar el proceso material: ayudar, llegar, casarse, defender. En lo que concierne a los elementos interpersonales se evidencia que los alumnos hacen poco uso de este recurso, así como de metáforas gramaticales, a pesar de ser un rasgo distintivo de los textos académicos. La autora prosigue con la descripción somera de los resultados obtenidos para los géneros ensayo, reseña y para los textos modelo. El análisis muestra que se puede caracterizar el estilo de los textos pregunta–respuesta del corpus como bastante simple, impersonal, informal, casi coloquial. Los ensayos, por el contrario, adoptan un carácter interactivo combinado con un estilo bastante elaborado, abstracto, objetivo, “denso” y estructuralmente complejo. Mientras que las reseñas se caracterizan por un estilo medianamente interactivo, elaborado, objetivo y suficientemente complejo. Las diferencias se explican por las distintas condiciones del proceso de escribir. Se destacan tres parámetros: el uso de temas complejos, el uso de metáforas gramaticales (condensación de la información) y la densidad léxica. A mayor presencia de estos elementos, mayor éxito del ensayo, en términos de calificaciones escolares.

Siguiendo con el corpus mexicano, Eleonora Filice, en “Los géneros académicos de geografía desde una perspectiva sistémico funcional: la estructura temática en ensayos, reportes y resúmenes escritos por estudiantes” (pp. 59100), estudia el uso del constituyente inicial de la oración en ensayos, reportes y resúmenes escritos por alumnos de la unam en la carrera de Geografía a partir de la necesidad de definir modelos fundamentados en características léxico–gramaticales de estos géneros y registros, y coadyuvar así en el proceso de escritura. La autora desea dar cuenta del contexto y del co-texto que influyen en el orden de palabras, específicamente con respecto a la libertad para colocar el tema de la oración. Para ello, analiza y compara la estructura temática de 48 textos de autores novatos de licenciatura: 636 cláusulas de resúmenes, 1198 de reportes y 2369 de ensayos; considerando la distribución de los participantes, los procesos y los adjuntos circunstanciales y cláusulas hipotácticas en su distribución cuantitativa. Los resultados indican que el constituyente temático más frecuente fue el participante en todos los géneros, la mayoría de tipo congruente, circunstanciales en el reporte y el uso de procesos como temas en los reportes y en los ensayos. En cuanto a estos últimos, se concluye que existe mayor presencia de procesos y circunstancias en posición temática, principalmente de sujeto implícito, lo que vuelve estática la estructura temática, no adecuada para un texto argumentativo que presenta una estructura más dinámica, con mayor alternancia de procesos en posición temática. La comparación de categorías de procesos y la división entre el uso textual e interpersonal utilizada en este estudio permitió la observación de las diferencias de género y entre el lenguaje hablado y el escrito.

La sección del corpus mexicano cierra con el estudio de Daniel Rodríguez, “El papel de la metáfora experiencial en la escritura académica” (pp. 101123). El autor compara y contrasta el uso de la metáfora experiencial (me) entre estudiantes y expertos. Para ello, primero caracteriza el uso de la me en 30 textos estudiantiles extraídos del corpus clae (5482 cláusulas finitas) en relación con tres textos modelo. Posteriormente analiza el uso de la me en ensayos escritos en diferentes etapas de la carrera (2º y 4º semestres). Los resultados indican que todos los porcentajes de uso de la me son más altos en los alumnos de 4º semestre que en los de 2º y estos a su vez son más altos en los ensayos de expertos que en los alumnos de 4º semestre. “En este sentido, parece haber una integración gradual del uso de la me (sobre todo nominalizaciones más que adjetivaciones) del nivel incipiente al nivel de experto; esto es, un mayor uso de lenguaje especializado, caracterizado por una forma metafórica de presentar la experiencia” (p. 120), en la medida que el alumno se integra a la comunidad académica.

Las exploraciones del corpus californiano comienzan con el estudio de María Cecilia Gómez, “El desarrollo de la voz de autor (writer’s voice) en la escritura académica de los estudiantes universitarios de español como lengua heredada: aportaciones de la lingüística sistémico funcional” (pp. 127–164), quien trata de caracterizar los elementos que integran la voz del autor en la escritura académica y estudiar su relación con la calidad de la escritura (calificaciones obtenidas). La autora se asume dentro de la línea teórica de la voz como autorrepresentación: “conjunto de construcciones retóricas que los autores tienen a su disposición con el fin de representarse a sí mismos” (p. 134). Se analizaron diez textos de español del corpus clae producidos por alumnos de la Universidad de California en Davis y se organizaron por género y por clase (A y B). Adicionalmente, se entrevistó a una profesora alumna doctoral para realizar un análisis cualitativo de un ensayo. Los resultados del análisis cuantitativo indican que sí hay una relación entre el uso de la metáfora gramatical interpersonal (mgi) y la calificación, así como el que la longitud del texto no está asociada al uso de las mgi. En cuanto al análisis cualitativo, ambos grupos utilizaron mgi subjetivas y objetivas de tipo explícito. Por tanto, la necesidad de desarrollar las habilidades de escritura avanzada en los alumnos a través de la creación de textos argumentativos y la utilización de mgi para presentar su voz en el nivel superior se hace evidente y se insta a la urgente atención de la enseñanza explícita de las normas de escritura académica en dicho nivel educativo para lograr una adecuación de los escritores incipientes al registro y estilo de esta comunidad de habla.

Esta necesidad se pone de relieve también en el trabajo de Miriam Hernández sobre la “Construcción de la evaluación y el rol de las relaciones causales en la reseña de cine” (pp. 165–197). El estudio propone la diferenciación entre la escritura personal y la escritura analítica para revelar dos planos distintos de uso de la lengua, particularmente del estilo y del registro. La reseña como género académico “implica un desplazamiento de un plano concreto (trama y personajes) al plano abstracto de ideas y conceptos” (p. 166), en el que el conocimiento del contexto cultural se hace evidente para analizar la relación texto-contexto en términos de género y registro, a través de las metafunciones ideacional, interpersonal y textual. Para hacer patente esta relación, la autora analiza nueve reseñas exitosas y cinco incipientes y examina los datos a través de los elementos citados arriba. Los análisis de modo, transitividad y temático revelan que la evaluación de reseñas se lleva a cabo modalizando o modulando la información en una cláusula a través de procesos relacionales con los que se definen ideas o conceptos referentes al tema central de la película, en combinación con procesos mentales por medio de los cuales el escritor transmite y comparte sus juicios e interpretaciones de la obra con el lector; o bien, a través de procesos materiales que guían al lector en el análisis del simbolismo para explicar el efecto de los temas presentados o el efecto de los recursos presentados en la película. En el nivel semántico-discursivo, el análisis textual revela que la parte evaluativa se construye con una variedad de opciones léxico-gramaticales que forman temas marcados con circunstancias temporales o cláusulas concesivas. Además, la validez de la evaluación se construye al incluir elementos interpersonales, combinados con construcciones causales y una nominalización para fundamentarla. Por tanto, las relaciones causales juegan un papel fundamental en la construcción de una reseña. Así, se hace prioritario distinguir y comprender su construcción discursiva para desarrollar el registro académico y el pensamiento crítico.

Un reporte más técnico es el de Joseph Harrington, “Lingüística de corpus: posibilidades y reflexiones sobre el proyecto de clae” (pp. 199–220), quien describe clae como un corpus representativo y equilibrado de prácticas lingüísticas y textuales de estudiantes al realizar tareas universitarias que se han producido para ser evaluadas. A partir del análisis computacional de estos textos, se han develado patrones lingüísticos que explican la naturaleza del corpus y que posibilitan de esa manera un examen de miles de textos. En este trabajo el autor analizó 254 ensayos sobre literatura en California, de 192 741 palabras con trigramas y destacó la naturaleza proposicional, definida y nominal de estos contextos. También realizó un análisis fraseológico o del continuo léxico–gramatical, lo cual permitió una clase de organización lingüística que, a partir del número de elementos consecutivos, define el marco fraseológico para ver patrones de frecuencia en el corpus. El análisis de los skipgrams añade flexibilidad al registro de marcos y sobrepasa los límites léxicos entrando en el continuo léxico–gramatical. En este sentido, las posibilidades analíticas del corpus son invaluables en términos de temporalidad y de precisión en la búsqueda de elementos lingüísticos.

Volviendo a la metáfora gramatical, el último estudio presentado, escrito por Omar Velázquez, “La disciplina de la lingüística y el carácter coloquial del género pregunta-respuesta según el Corpus del Lenguaje Académico en Español (clae)” (pp. 221–237), describe el dominio que tiene un individuo del lenguaje formal, al analizar 32 textos del género pregunta–respuesta compuestos por 16 autores del área de lingüística y compararlos con el género ensayo del área de literatura de México. Se parte nuevamente del supuesto de que a mayor exposición del estudiante al discurso académico, mayor dominio de la formalidad discursiva. El estudio se limita al análisis y cuantificación de las mg en 16 textos del corpus clae producidas en dos periodos distintos de exámenes parciales, con un intervalo de dos meses. Los textos del lado californiano presentan mayor compactación de la información y mayor densidad léxica que los ensayos de la unam y la producción de mg es mayor en el segundo parcial que en el primero, lo que confirma el supuesto de que a mayor exposición, mayor aculturación lingüística. En general se comprueba la hipótesis de que el género pregunta–respuesta tiende a ser más compacto y léxicamente denso que su homólogo mexicano, pero no así para el género de ensayo.

A través de los reportes de investigación presentados, observamos la ventaja que comporta el uso del corpus clae, al hacer disponible el banco de géneros textuales académicos para analizar los rasgos que caracterizan la escritura académica. Este conocimiento permite ubicar patrones de comportamiento lingüístico entre escritores incipientes y escritores avanzados, sus rasgos distintivos. Lo anterior también proporciona un parámetro para medir el desempeño de la habilidad lingüística académica en contextos universitarios, una aportación que nos parece crucial para la evaluación y ponderación de habilidades comunicativas en este ámbito. Como lo destacan los investigadores en este volumen, existen algunas limitaciones al manejar un corpus que ya no es manipulable desde el punto de vista del diseño de la investigación, específicamente en la comparación entre géneros que hayan sido producidos en situaciones más controladas. Las condiciones de producción de los textos no parecen rastreables en todos los casos, lo que deja al investigador con comparaciones parciales. Sin embargo, varios de ellos han encontrado otras herramientas metodológicas para acercarse a esas condiciones de producción: entrevistas, análisis documental o conversaciones informales. Pensamos que una ausencia por explorar sería un corpus oral en este mismo ámbito que diera cuenta de la expresión de significados en el habla académica de los alumnos, ya que, contrariamente a lo que se señala de manera constante en el libro como rasgos de la oralidad en la escritura, aludiendo a la presencia de un estilo hablado como si fuera uno solo, la oralidad puede tener matices importantes si analizáramos el habla de los alumnos en situaciones comunicativas formales, en géneros como la conferencia, el reportaje, el documental, entre otros, que pueden mostrar sin duda desempeños discursivos incipientes y avanzados, conforme el alumno está expuesto a la comunidad académica.

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